HASTA MAYO NO TE QUITES EL SAYO
Estamos en una etapa del año en la que la moral y el celo espontáneo por movernos hacia actividades postergadas para el verano se nos cae víctima de un abatimiento plomado a pesar de los días alegres en los que se deja asomar el sol.
Nuestra casa se convierte en invernáculo donde transcurrimos horas eternas volcados a la lectura y otros placeres que se apartan muy poco de un mullido sofá en el que dormitamos amparados por el calor propio de nuestro hogar e incluso, quién más o quién menos, se auxilia con el abrazo de una manta.
Yo estoy sufriendo un encierro casi voluntario. Una oscuridad noctámbula que divaga mi mente y no permite que el alba perfile los pensamientos atrapados en ese velo indefinido de la desgana. Hoy, por ello, no voy a torear ni sentimientos ni otras palabras que se alejen de un simple saludo. Un ademán de ese cariño que os tengo.
Pedro G. G.
Estamos en una etapa del año en la que la moral y el celo espontáneo por movernos hacia actividades postergadas para el verano se nos cae víctima de un abatimiento plomado a pesar de los días alegres en los que se deja asomar el sol.
Nuestra casa se convierte en invernáculo donde transcurrimos horas eternas volcados a la lectura y otros placeres que se apartan muy poco de un mullido sofá en el que dormitamos amparados por el calor propio de nuestro hogar e incluso, quién más o quién menos, se auxilia con el abrazo de una manta.
Yo estoy sufriendo un encierro casi voluntario. Una oscuridad noctámbula que divaga mi mente y no permite que el alba perfile los pensamientos atrapados en ese velo indefinido de la desgana. Hoy, por ello, no voy a torear ni sentimientos ni otras palabras que se alejen de un simple saludo. Un ademán de ese cariño que os tengo.
Pedro G. G.