EL SOL QUE NOS REGRESA
El invierno va cayendo, no se ven ya hojas secas; se atisba cerca el calor y la floreciente primavera. Retornan las ilusiones de emprender alegrías nuevas. Por el aroma que se acerca presiento luz sobre tanta sombra, un camino despejado hacia el elenco que todos los años se congrega en mi tierra. Fausto acontecimiento ese que, el sol estival, cada año nos regresa. Y se llenan los balcones, las calles y terrazas de especies masculinas y femeninas que susurran recuerdos, que danzan el pasado en los labios con infinidad de besos. Nadie sabe el porqué, por qué cada año se repite esto. Una carretera lejana, retorcida de condición; que nos devuelve a los nuestros.
El invierno va cayendo, no se ven ya hojas secas; se atisba cerca el calor y la floreciente primavera. Retornan las ilusiones de emprender alegrías nuevas. Por el aroma que se acerca presiento luz sobre tanta sombra, un camino despejado hacia el elenco que todos los años se congrega en mi tierra. Fausto acontecimiento ese que, el sol estival, cada año nos regresa. Y se llenan los balcones, las calles y terrazas de especies masculinas y femeninas que susurran recuerdos, que danzan el pasado en los labios con infinidad de besos. Nadie sabe el porqué, por qué cada año se repite esto. Una carretera lejana, retorcida de condición; que nos devuelve a los nuestros.