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LAGUNILLA: Por maruja, pamplina y regajo, son tres de los nombres...

Por maruja, pamplina y regajo, son tres de los nombres por los que se conoce esta planta (seguro hay más). La misma, a finales de invierno y comienzo de la primavera, crece en determinados arroyos y regatos de aguas limpias y transparentes. Desde tiempos inmemoriales ha servido de alimento a los humanos, además de a otros seres vivos del reino animal.
Se come sola o acompañada de otros ingredientes que conforman las ensaladas más habituales sin por ello desentonar. También puede tomarse sola, aliñada con aceite de oliva, vinagre, sal y ajo machado.
Como todos los productos que tan gratuitamente nos proporciona la Naturaleza, su recolección requiere hacerlo con la suficiente inteligencia que no esquilme el yacimiento, circunstancia que se suele dar, con este y otros productos, por la avaricia e insatisfacción humana.
Cuando se recoge, además de procurar buscar los lugares más adecuados por limpieza, por ausencia de animales, vertidos o cualquier otro elemento contaminante, debe irse armado de un instrumento que permita segarla, nunca arrancarla, de esta forma favorecemos su reproducción y nos permitirá volver al mismo lugar a los pocos días a buscar más; amén de que de esta forma evitaremos llevarnos las raíces con tierra, por consiguiente, ayudamos a su conservación y nos obviamos la limpieza de las raíz y con el sabor a tierra que no desaparecerá por mucho que la lavemos.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
¡Hola de nuevo Juan Antonio! Yo conozco esa planta por el nombre de berro pero, si no me equivoco, también recibe el de canónigo; en Navarra se ve mucha planta de agua (pues crece empantanada o al raso de humedales como muy bien confiesas). En el mismo pueblo en el que resido es fácil hallar un gran asentamiento de "cola de caballo", equiseto para los entendidos; es otra de esas plantas que prefieren los aledaños de fontanas, charcas o regatos sin osar bañarse en ellos tal hace esa maruja o regajo ... (ver texto completo)
En el pueblo se las conoce también por brugas.

Ángel es cierto lo de las cestas, no me acordaba, mi madre también las hacía tanto para los niños como chicas, mientras éramos pequeños; después los muchachos no llevaban una cesta ni de coña, eso era de muchachas.
Pero llevábamos todos cestas de mimbre para llevar los hornazos, las cestitas y los dulces; en mi casa aún quedan dos de aquellas cestas, medio rotas, pero aún están ahí cogiendo polvo y diciendo: ¡tírame ya de una vez! cualquier día de ... (ver texto completo)