Por maruja, pamplina y regajo, son tres de los nombres por los que se conoce esta planta (seguro hay más). La misma, a finales de invierno y comienzo de la primavera, crece en determinados arroyos y regatos de aguas limpias y transparentes. Desde tiempos inmemoriales ha servido de alimento a los humanos, además de a otros seres vivos del reino animal.
Se come sola o acompañada de otros ingredientes que conforman las ensaladas más habituales sin por ello desentonar. También puede tomarse sola, aliñada con aceite de oliva, vinagre, sal y ajo machado.
Como todos los productos que tan gratuitamente nos proporciona la Naturaleza, su recolección requiere hacerlo con la suficiente inteligencia que no esquilme el yacimiento, circunstancia que se suele dar, con este y otros productos, por la avaricia e insatisfacción humana.
Cuando se recoge, además de procurar buscar los lugares más adecuados por limpieza, por ausencia de animales, vertidos o cualquier otro elemento contaminante, debe irse armado de un instrumento que permita segarla, nunca arrancarla, de esta forma favorecemos su reproducción y nos permitirá volver al mismo lugar a los pocos días a buscar más; amén de que de esta forma evitaremos llevarnos las raíces con tierra, por consiguiente, ayudamos a su conservación y nos obviamos la limpieza de las raíz y con el sabor a tierra que no desaparecerá por mucho que la lavemos.
Se come sola o acompañada de otros ingredientes que conforman las ensaladas más habituales sin por ello desentonar. También puede tomarse sola, aliñada con aceite de oliva, vinagre, sal y ajo machado.
Como todos los productos que tan gratuitamente nos proporciona la Naturaleza, su recolección requiere hacerlo con la suficiente inteligencia que no esquilme el yacimiento, circunstancia que se suele dar, con este y otros productos, por la avaricia e insatisfacción humana.
Cuando se recoge, además de procurar buscar los lugares más adecuados por limpieza, por ausencia de animales, vertidos o cualquier otro elemento contaminante, debe irse armado de un instrumento que permita segarla, nunca arrancarla, de esta forma favorecemos su reproducción y nos permitirá volver al mismo lugar a los pocos días a buscar más; amén de que de esta forma evitaremos llevarnos las raíces con tierra, por consiguiente, ayudamos a su conservación y nos obviamos la limpieza de las raíz y con el sabor a tierra que no desaparecerá por mucho que la lavemos.