LUENGOS AÑOS DE AÑORANZAS (2ª)
Enjutos cuerpos aquellos que ya desaparecieron para siempre y abandonaron sus lúgubres ropas en nuestros armarios. Aspecto rancio de sus gestos que aún algunos imitamos cuando, al umbral de nuestro rastro, nos sorprende la huella de ellos; la herencia que nos dejaron ¿Quiénes somos nosotros? El espejo de nuestro pasado. Y hollando las mismas calles, bebiendo de los mismos caños… son los mismos sabores y el paladar de aquellos años. Las arrieras hazañas del burro y la cabra cubren al torpe mientras el jinete erguido y el sastre se visten de celebración. Perfiles de dignidades que se ausentan dejando en soledad marmolea un pueblo. Calles y casas que niegan vida hasta que el estío trae sus fantasmas ¡Oh, sí! Ya estamos retornando. Pero… ¿Y tú, de quién eres? Somos de un tal cual, quizás primos lejanos. Nos sorprende ser reconocidos pero también el estar olvidados. Ya cambiaron tantas veces aquellos que somos extraño remplazo.
Enjutos cuerpos aquellos que ya desaparecieron para siempre y abandonaron sus lúgubres ropas en nuestros armarios. Aspecto rancio de sus gestos que aún algunos imitamos cuando, al umbral de nuestro rastro, nos sorprende la huella de ellos; la herencia que nos dejaron ¿Quiénes somos nosotros? El espejo de nuestro pasado. Y hollando las mismas calles, bebiendo de los mismos caños… son los mismos sabores y el paladar de aquellos años. Las arrieras hazañas del burro y la cabra cubren al torpe mientras el jinete erguido y el sastre se visten de celebración. Perfiles de dignidades que se ausentan dejando en soledad marmolea un pueblo. Calles y casas que niegan vida hasta que el estío trae sus fantasmas ¡Oh, sí! Ya estamos retornando. Pero… ¿Y tú, de quién eres? Somos de un tal cual, quizás primos lejanos. Nos sorprende ser reconocidos pero también el estar olvidados. Ya cambiaron tantas veces aquellos que somos extraño remplazo.