LUENGOS AÑOS DE AÑORANZAS (2ª)
Enjutos cuerpos aquellos que ya desaparecieron para siempre y abandonaron sus lúgubres ropas en nuestros armarios. Aspecto rancio de sus gestos que aún algunos imitamos cuando, al umbral de nuestro rastro, nos sorprende la huella de ellos; la herencia que nos dejaron ¿Quiénes somos nosotros? El espejo de nuestro pasado. Y hollando las mismas calles, bebiendo de los mismos caños… son los mismos sabores y el paladar de aquellos años. Las arrieras hazañas del burro y la cabra cubren al torpe mientras el jinete erguido y el sastre se visten de celebración. Perfiles de dignidades que se ausentan dejando en soledad marmolea un pueblo. Calles y casas que niegan vida hasta que el estío trae sus fantasmas ¡Oh, sí! Ya estamos retornando. Pero… ¿Y tú, de quién eres? Somos de un tal cual, quizás primos lejanos. Nos sorprende ser reconocidos pero también el estar olvidados. Ya cambiaron tantas veces aquellos que somos extraño remplazo.
Enjutos cuerpos aquellos que ya desaparecieron para siempre y abandonaron sus lúgubres ropas en nuestros armarios. Aspecto rancio de sus gestos que aún algunos imitamos cuando, al umbral de nuestro rastro, nos sorprende la huella de ellos; la herencia que nos dejaron ¿Quiénes somos nosotros? El espejo de nuestro pasado. Y hollando las mismas calles, bebiendo de los mismos caños… son los mismos sabores y el paladar de aquellos años. Las arrieras hazañas del burro y la cabra cubren al torpe mientras el jinete erguido y el sastre se visten de celebración. Perfiles de dignidades que se ausentan dejando en soledad marmolea un pueblo. Calles y casas que niegan vida hasta que el estío trae sus fantasmas ¡Oh, sí! Ya estamos retornando. Pero… ¿Y tú, de quién eres? Somos de un tal cual, quizás primos lejanos. Nos sorprende ser reconocidos pero también el estar olvidados. Ya cambiaron tantas veces aquellos que somos extraño remplazo.
“Estampas”
Al ver estas imágenes en papel sepia me viene a la memoria una situación del mes de agosto pasado en el pueblo.
Me acerqué a un “super”.
¡Que lejos en el tiempo queda la familiaridad de los pequeños comercios en Lagunilla! ¿quizás el más añejo mantiene su solera? (El Comercio). Otros desaparecidos hace tiempo como la pequeña tienda de “Tía Avelina”, “La Botica” (Mercedes), “Chachá” y pequeños negocios de carnicería etc. Lugares entrañables de familiaridad y amabilidad a raudales.
Viene a esto, que el establecimiento se encontraba atestado de gente, como de costumbre en estos días del año. Entre tanda y tanda, la espera hace que los saludos entre los clientes derive en algo más que un ¡Hola!_. Hola. Agotando la espera entablo conversación con un paisano. De los que constatas su presencia todos los veranos pero de manera fugaz y somera visualización.
_. ¡Hola, que tal! _. Bien y tu _. Pues mira de vacaciones con la familia. ¿Como te va por Francia? _. ¡No que va! Retorné a España ya hace casi cuarenta años _. ¡Anda! Ni idea, como solo te veo los veranos……
Esto me situó en una conversación que presencié entre dos paisanos la tarde anterior en un bar.
_. Se ha muerto fulano _. ¿En Francia? _. ¡No! Que va. Vivía en Vitoria, llevaba ya un tiempo con los hijos en esa ciudad. Pero el hacía más de treinta años que residía en Madrid antes de ir con los hijos _. Como se mueve la gente.
Después de esto, di por evidente que la familia que se aleja de su tierra de origen por necesidades básicas, más tarde, con el paso de los años para muchos paisanos (más o menos distantes) deviene solo un visitante de fisonomía recordada, difuminada totalmente al paso de los años en una desconocida ubicación ¡No digamos sus descendientes!
¡El tiempo vuela!
Saludos
Al ver estas imágenes en papel sepia me viene a la memoria una situación del mes de agosto pasado en el pueblo.
Me acerqué a un “super”.
¡Que lejos en el tiempo queda la familiaridad de los pequeños comercios en Lagunilla! ¿quizás el más añejo mantiene su solera? (El Comercio). Otros desaparecidos hace tiempo como la pequeña tienda de “Tía Avelina”, “La Botica” (Mercedes), “Chachá” y pequeños negocios de carnicería etc. Lugares entrañables de familiaridad y amabilidad a raudales.
Viene a esto, que el establecimiento se encontraba atestado de gente, como de costumbre en estos días del año. Entre tanda y tanda, la espera hace que los saludos entre los clientes derive en algo más que un ¡Hola!_. Hola. Agotando la espera entablo conversación con un paisano. De los que constatas su presencia todos los veranos pero de manera fugaz y somera visualización.
_. ¡Hola, que tal! _. Bien y tu _. Pues mira de vacaciones con la familia. ¿Como te va por Francia? _. ¡No que va! Retorné a España ya hace casi cuarenta años _. ¡Anda! Ni idea, como solo te veo los veranos……
Esto me situó en una conversación que presencié entre dos paisanos la tarde anterior en un bar.
_. Se ha muerto fulano _. ¿En Francia? _. ¡No! Que va. Vivía en Vitoria, llevaba ya un tiempo con los hijos en esa ciudad. Pero el hacía más de treinta años que residía en Madrid antes de ir con los hijos _. Como se mueve la gente.
Después de esto, di por evidente que la familia que se aleja de su tierra de origen por necesidades básicas, más tarde, con el paso de los años para muchos paisanos (más o menos distantes) deviene solo un visitante de fisonomía recordada, difuminada totalmente al paso de los años en una desconocida ubicación ¡No digamos sus descendientes!
¡El tiempo vuela!
Saludos