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LAGUNILLA: LUENGOS AÑOS DE AÑORANZAS (9ª)...

LUENGOS AÑOS DE AÑORANZAS (9ª)

Retornar a esos tiempos en los que gustaba llevar el ganado hasta el prado se hace difícil para la memoria, sobre todo la mía. Si acaso, de una vaga mirada hacia aquel pasado en el que aún residíamos en el pueblo; pudiera sustraer el recuerdo de un camino angosto, ya perdido de detalles fiables pero que, forzado en una hibrida realidad y fantasiosa sensación al recuperar sus suelos accidentados o las pétreas paredes que se elevaban a medio cuerpo me producen certeza de que existen esos senderos. Y también la mula que trepaba la pendiente o bajaba torpe el barranco sorteando socavones y cantos clavados en el suelo; zarzosos ribazos que descubrían porteras a sendos lados. No sé con atino si íbamos risco abajo. Mi cuerpo sobre la piel desnuda de aquel rústico animal se desplazaba, en la cuesta arriba hacia las nalgas o el rabo. Y en socorro me asía a la crin del cuello para no caer. Enfrentaba mal las bajadas y mis posaderas aparecían algunas veces sobre el cuello del animal; por aquel entonces todavía era un niño. No. No montaba solo. Era cuando mi padre me ponía encima para que no me cansase mientras él llevaba el rabel - ¡Agárrate fuerte con las piernas! – me decía.