RECURSOS
Tiempos y gentes de un olvidado carisma nos precedieron. Ingeniosos en apañarse en sus dificultades e improvisadores resolviendo. Yo recuerdo haber viajado (de mi casa a los huertos) metido en el serón, peleando por ir tieso. Los pies torturados sin descanso en busca de asentamiento; sin tobillo por aquel cónico encesto. Apoyaba la planta en los lados y en el pretil el pecho. Vasto era el forrado de esparto o… ¡vete a saber de qué material estaba hecho! El contacto con el capazo siempre era violento. Raspaba la piel de los brazos hasta escocerlos ¡Cuánto mejor habría ido cansado! Soportando la caminata con los piececitos y tropezando escollos del suelo. Los senderos quebrados serían buen alivio, más que seguir allí dentro. Si hubiese tenido edad, la suficiente para defender mis derechos; le hubiera dicho a mi padre que no. Que no me lleve nunca en el serón ¡Que el serón es feo!
Tiempos y gentes de un olvidado carisma nos precedieron. Ingeniosos en apañarse en sus dificultades e improvisadores resolviendo. Yo recuerdo haber viajado (de mi casa a los huertos) metido en el serón, peleando por ir tieso. Los pies torturados sin descanso en busca de asentamiento; sin tobillo por aquel cónico encesto. Apoyaba la planta en los lados y en el pretil el pecho. Vasto era el forrado de esparto o… ¡vete a saber de qué material estaba hecho! El contacto con el capazo siempre era violento. Raspaba la piel de los brazos hasta escocerlos ¡Cuánto mejor habría ido cansado! Soportando la caminata con los piececitos y tropezando escollos del suelo. Los senderos quebrados serían buen alivio, más que seguir allí dentro. Si hubiese tenido edad, la suficiente para defender mis derechos; le hubiera dicho a mi padre que no. Que no me lleve nunca en el serón ¡Que el serón es feo!