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LAGUNILLA: CUANDO EL SOL SE VA...

CUANDO EL SOL SE VA

Estamos mirando al cielo cada día con el asombro de ciertos accidentes morfológicos que se dan en las nubes y las luces cada vez que el sol se va. Esa inmensa masa de luz térmica que tanto altera nuestro estado de ánimo, este año, se está haciendo de rogar; se muestra tan mal pagada que nos sentimos ingratos y desmerecedores de su gratitud. Ya estamos en verano, no hay escusa que justifique su demora; quizás sean esos tremendos nubarrones que aparecieron los que, cada día, le impiden asomarse a nuestras vidas ¿De dónde vienen? Acaso son los hemisferios polares quienes vaporizan sus deshielos (reflexiono). Sea lo que sea… Su ausencia nos pone tristes, nos debilita y enferma de tal modo que morimos de forma lenta. Ahora comprendo que antaño se le venerara como a un Dios de Vida y asusta pensar lo que sería de todo sin su presencia.