PRISMÁTICOS
Anteojos llevan paisanos sin cristales en la memoria. Son recuerdos que alcanzan horizontes que, estando muy lejos, aún saborea. Ojos cerrados a quien no ha visto jamás el esplendor de los riscos o las dunas verdes de las laderas, océanos de robles; olas de olivos, castaños y cepas. Hay lagunas de agua entrando y brotando que acarician e irrigan las tomateras. A través de la memoria, oculto en cada hacienda; un canasto de higos, ciruelas; cerezas coloradas y sandías. Una cuchilla afilada de rebanadas de pan de trigo muy blanco se extiende en la era de reciclados pasados. Animales mohínos que rondan sudorosos y cansados. Mataduras e improntas heridas de un excesivo trabajo. Cuando arrimo mis anteojos, con los ojos cerrados, se llenan de prismas que jamás habré olvidado.
Anteojos llevan paisanos sin cristales en la memoria. Son recuerdos que alcanzan horizontes que, estando muy lejos, aún saborea. Ojos cerrados a quien no ha visto jamás el esplendor de los riscos o las dunas verdes de las laderas, océanos de robles; olas de olivos, castaños y cepas. Hay lagunas de agua entrando y brotando que acarician e irrigan las tomateras. A través de la memoria, oculto en cada hacienda; un canasto de higos, ciruelas; cerezas coloradas y sandías. Una cuchilla afilada de rebanadas de pan de trigo muy blanco se extiende en la era de reciclados pasados. Animales mohínos que rondan sudorosos y cansados. Mataduras e improntas heridas de un excesivo trabajo. Cuando arrimo mis anteojos, con los ojos cerrados, se llenan de prismas que jamás habré olvidado.