He visto todas estas fotos que has compartido y me alegra, me alegra ver esos suelos, esas paredes; ese caño (de las monjas me parece) y esas ropas que se han llevado y se llevan en comuniones. Alegra saber que hay cara tras los nombres y que, con fotos, se hace familiar en nuestra memoria aquella entrañable gente ¡Gracias Rosa!