VACACIONES EN SALAMANCA (primera parte)
Ayer me invitaron a ir a la piscina. No quise. Me dolían las piernas un horror y preferí recuperarme tumbado en el sofá mientras veía las reiteradas películas del televisor. Mi consorte se fue sola. La persiana bajada para librarme del sol que daba sobre mi cabeza cuando llegaba el ocaso de su recorrido y se disponía a tomar el oeste me daba sueño. Un sueño interrumpido por intervalos de dolor que, bien pudiera hacerse confundir con dormitar, me acompañó hasta caer abatido ¡Qué decrépito estoy!
Unas horas más tarde vuelve del baño y no estoy consciente. Me hallo en un profundo abismo del cojín que suspende mi cabeza sin apartarme de imaginaria salud. Una salud que roba toda voluntad y esfuerzo cada vez que pretendo elevar las pestañas para regresar a la vida real.
Ayer me invitaron a ir a la piscina. No quise. Me dolían las piernas un horror y preferí recuperarme tumbado en el sofá mientras veía las reiteradas películas del televisor. Mi consorte se fue sola. La persiana bajada para librarme del sol que daba sobre mi cabeza cuando llegaba el ocaso de su recorrido y se disponía a tomar el oeste me daba sueño. Un sueño interrumpido por intervalos de dolor que, bien pudiera hacerse confundir con dormitar, me acompañó hasta caer abatido ¡Qué decrépito estoy!
Unas horas más tarde vuelve del baño y no estoy consciente. Me hallo en un profundo abismo del cojín que suspende mi cabeza sin apartarme de imaginaria salud. Una salud que roba toda voluntad y esfuerzo cada vez que pretendo elevar las pestañas para regresar a la vida real.
¡Ja, ja, ja! Me has hecho reír Pedro. Vaya manera de explicarnos que te cascaste una buena siesta. Espero que te hayas recuperado.
Me alegra saber que os distrae y disfrutáis con mis cosillas. Ya que no nos vemos ni echamos unos vinos juntos, al menos... ¡Qué mejor que unas risas! Aún sigo algo tocado Miguel. Estos huesos míos ya se dan por vencidos y, pese al terror intenso que me da ser operado; me temo que no tardaré en considerarlo. Saludos.
Pero... ¿lo de la operación es real? ¿De qué? si no es una pregunta improcedente. Si no procede no contestas y punto. ¿Hasta cuando estarás por el pueblo? No sé si se me arreglará poder ir a ver a Mónica antes de que acabe el mes.
¡Hola de nuevo Miguel! Ya hace una veintena de años que soporto un desgaste de caderas importante. En un principio se me aconsejó que aguantara lo que pudiera, pues las prótesis de cadera tienen una fecha límite y, con la juventud que yo tenía en aquel momento, al cabo de unos quince años debería volver a cambiarlas; otra intervención quirúrgica más. En fin, lo llevo como puedo; sucede que unos años duele más que otros pero, mientras pueda tenerme en pie y seguir trabajando, ahí estaré.
Respecto a mi estancia por el pueblo, te anuncio que serán pocos días (como siempre). No me gusta ocasionar molestias más que las necesarias. Ya sabemos todos que de visita en casa de la familia se está muy bien pero… He pensado permanecer del día doce al quince de agosto. En salamanca, donde tu vives, pasaré cinco días en el hotel Recoletos (nombre de la misma calle en el que está ubicado); a pocos minutos del centro metropolitano de la ciudad. Llegaré el día siete y permaneceré hasta el doce, marcharé para Lagunilla en tanto haya desayunado ese día. No voy antes para allá porque tengo inventario a finales de Julio y saldré muy molido físicamente. Por otra parte existen algunos compromisos en la primera semana de agosto que debo afrontar. Pero ya estoy ilusionado por montar en el coche y partir hacia nuestra tierra. De que llegue me acercaré a la tienda de Mónica y preguntaré por ese libro de Montemayor que, según tu, es una novela. Ya me lo llevaré esté o no esté acompañado de ese gesto amigable tuyo. Siempre será un icono de amistad y recuerdo de tu persona. Un abrazo y hasta pronto.
Respecto a mi estancia por el pueblo, te anuncio que serán pocos días (como siempre). No me gusta ocasionar molestias más que las necesarias. Ya sabemos todos que de visita en casa de la familia se está muy bien pero… He pensado permanecer del día doce al quince de agosto. En salamanca, donde tu vives, pasaré cinco días en el hotel Recoletos (nombre de la misma calle en el que está ubicado); a pocos minutos del centro metropolitano de la ciudad. Llegaré el día siete y permaneceré hasta el doce, marcharé para Lagunilla en tanto haya desayunado ese día. No voy antes para allá porque tengo inventario a finales de Julio y saldré muy molido físicamente. Por otra parte existen algunos compromisos en la primera semana de agosto que debo afrontar. Pero ya estoy ilusionado por montar en el coche y partir hacia nuestra tierra. De que llegue me acercaré a la tienda de Mónica y preguntaré por ese libro de Montemayor que, según tu, es una novela. Ya me lo llevaré esté o no esté acompañado de ese gesto amigable tuyo. Siempre será un icono de amistad y recuerdo de tu persona. Un abrazo y hasta pronto.