ÚLTIMA COMIDA EN FAMILIA
Y llega un momento final, aquel en el que cobra interés el reloj; las vacaciones se acaban. Qué mejor que despedirlas con unos ricos platos: un tostón al horno, café y copazo, si se tercia o apetece; un purito en sobremesa para ir aligerando el empacho.
Salí al poyo de la puerta, buscando la sombra, mientras las voluntarias recogían los cacharros y terminaban de golosear la tarta de chocolate que hubo traído mi hermana; a mí no me apeteció. Me siguió mi hermano para acompañarme con otro puro y, en tanto, ofreció a que diéramos un paseo hasta su vehículo. Abrió el maletero y sacó una caja de plástico llena de calabacines tremendos y tomates, algún pepino extrañamente feo. Luego, cuando ya me estaba quejando del poco espacio que me quedaba en mi maletero, puso en mis manos una gran sandía; todo ello producto de su huerta.
- ¡Venga, venga… Mete esto en tu coche!
- ¡Si no cabe! ¿No ves que he estado por varios sitios de vacaciones y he tenido que cargar más maletas que la última vez que vine a verte?
Se empecinó en ello y, en última instancia, fueron a parar al asiento trasero. Ahí viajó hasta Pamplona.
Y llega un momento final, aquel en el que cobra interés el reloj; las vacaciones se acaban. Qué mejor que despedirlas con unos ricos platos: un tostón al horno, café y copazo, si se tercia o apetece; un purito en sobremesa para ir aligerando el empacho.
Salí al poyo de la puerta, buscando la sombra, mientras las voluntarias recogían los cacharros y terminaban de golosear la tarta de chocolate que hubo traído mi hermana; a mí no me apeteció. Me siguió mi hermano para acompañarme con otro puro y, en tanto, ofreció a que diéramos un paseo hasta su vehículo. Abrió el maletero y sacó una caja de plástico llena de calabacines tremendos y tomates, algún pepino extrañamente feo. Luego, cuando ya me estaba quejando del poco espacio que me quedaba en mi maletero, puso en mis manos una gran sandía; todo ello producto de su huerta.
- ¡Venga, venga… Mete esto en tu coche!
- ¡Si no cabe! ¿No ves que he estado por varios sitios de vacaciones y he tenido que cargar más maletas que la última vez que vine a verte?
Se empecinó en ello y, en última instancia, fueron a parar al asiento trasero. Ahí viajó hasta Pamplona.