BARBACOAS
Las barbacoas que se podían haber hecho, las que se comían cuando no existían estos asadores tan excelentes, si se dieran uso de ellos. Recuerdo veranos pasados llenando estos rincones de gente, de fogatas cautelosas que doraban los caretos del cerdo y sus tocinos sobre las brasas. Ahora, pese a las comodidades, no está permitido; para qué sirve entonces estos hierros y estas piedras tan prudentes reteniendo el fuego si el miedo nos vence y nos mantiene reprimidos ¡Vaya invento!
Las barbacoas que se podían haber hecho, las que se comían cuando no existían estos asadores tan excelentes, si se dieran uso de ellos. Recuerdo veranos pasados llenando estos rincones de gente, de fogatas cautelosas que doraban los caretos del cerdo y sus tocinos sobre las brasas. Ahora, pese a las comodidades, no está permitido; para qué sirve entonces estos hierros y estas piedras tan prudentes reteniendo el fuego si el miedo nos vence y nos mantiene reprimidos ¡Vaya invento!