TENDER LA MANO PARA AYUDAR
Cruzar los brazos mientras juzgamos los errores de quienes los extienden para ayudar a mejorar ciertas situaciones es muy propio en nuestra sociedad. Cruzar la corriente supone un esfuerzo y un riesgo de mojarse los zapatos. Tender la mano para ayudar aún sigue siendo una aptitud caballeresca pero carece de interés para muchos de nosotros ¡Ahí se las apañe solo! Y seguimos el proceso para obviar jocosos cómo tropieza el torpe sin esa ayuda que, quizás mañana, sería útil para nosotros.
Feliz domingo paisanos
Cruzar los brazos mientras juzgamos los errores de quienes los extienden para ayudar a mejorar ciertas situaciones es muy propio en nuestra sociedad. Cruzar la corriente supone un esfuerzo y un riesgo de mojarse los zapatos. Tender la mano para ayudar aún sigue siendo una aptitud caballeresca pero carece de interés para muchos de nosotros ¡Ahí se las apañe solo! Y seguimos el proceso para obviar jocosos cómo tropieza el torpe sin esa ayuda que, quizás mañana, sería útil para nosotros.
Feliz domingo paisanos