LAGUNILLA: Nuestro pueblo, tan próximo a Las Batuecas (Comarca...

Sin embargo hasta poco antes las recónditas y aisladas Hurdes y sobre todo las Batuecas dieron lugar a pensar que aquello era un paraíso. En el siglo XVII, un obispo francés llegó a emplazar en las Batuecas el paraíso terrenal y Marfino, un personaje batueco de una obra de Lope de Vega, describe los jurdanos así:

Nosotros habitamos este valle
cerrado destos montes espesísimos,
cuyas sierras empinan sus cabezas
a topetar con las estrellas mismas,
sin que jamás ninguno haya sabido
quién fue el primero que nos dio principio.
En esta lengua habramos, estas chozas
nos cubren, estos árboles sustentan,
y la caza que matan nuestros arcos
.
Todavía a mediados del siglo XIX, George Borrow un viajero romántico ingles que vino a España a propagar la Biblia, oye hablar de “una pequeña nación o tribu de gente desconocida que hablaba una lengua desconocida, que vivía allí desde la creación del mundo, sin cruzarse con las demás criaturas y sin saber que existían otros seres además de ellos mismos”

Se pensó que los jurdanos eran una raza singular descendiente, según las leyendas, de las antiguas guarniciones romanas; unos espantajos que caminaban desnudos o en harapos, ocultándose en la espesura de las Batuecas, también se dijo que eran refugiados políticos o religiosos, moriscos o judíos. Hay quien apunta que algunos habitantes de la región de aspecto anglosajón, descienden de los soldados del ejército de Wellington, que marcharon por tierras salmantinas en su encuentro decisivo con Napoleón en la batalla de Arapiles.

Nuestro pueblo, tan próximo a Las Batuecas (Comarca de la Sierra de Francia, que estudiamos en el bachillerato) y a Las Hurdes, tiene una relación muy cercana a esta última ubicada ahora en la provincia de Cáceres. Hay quien nos incluye dentro de ese ámbito geográfico, como también confunden Las Hurdes con Las Batueca y viceversa.
Ambos territorios comparten una misma orografía, pertenecen a la misma cuenca hidrográfica, disfrutan de un clima similar, la vegetación y cultivos que se practican son iguales, el cabrero fue la estampa viva de los montes y la cabra el animal que daba leche y carne a quienes de ella podían disponer; la devoción a la Virgen de la Peña de Francia es compartida y celebrada cada 8 de septiembre; el habla, de una y otra zona, no tiene mucha diferencia, salvo localismos puntuales; la gaita o flauta y el tamboril son los instrumentos musicales. Los humanos que comparten esos territorios, a primera vista, no tienen nada que los haga diferentes.
El devenir histórico también ha sido compartido. Los vetones ocuparon el territorio, los romanos trazaron sus vías de comunicación y establecieron ciudades en su proximidad: Calzada de la Plata al este y por el oeste la Dalmacia, que partiendo de la anterior se dirigía a Ciudad Rodrigo por Coria, quedando las Hurdes en medio. Cáparra y la propia Coria son ejemplos de aquellos asentamientos. Los musulmanes conquistaron y establecieron fortalezas en las proximidades (Granadilla, Béjar, Coria). El reino de Aragón reconquistó la zona y recupero el obispado de Coria implementado en tiempos de los visigodos. El Poder político lo ejercía, al menos desde la época de Juan II de Castilla padre de Isabel la Católica, la Casa de Alba, que tenía importantes posesiones cerca: Granadilla, Abadía, Coria, La Alberca y dentro de esta Las Hurdes que de ella dependían. Más tarde, con el V Duque de Alba, también se incorpora a ese poder el condado de Galisteo situado más al sur. En lo eclesiástico, toda la zona, dependía del Obispado de Coria, incluida Lagunilla hasta 1959.
Ramales transversales entre las Calzadas de la Plata y Dalmacia, permitían comunicar hasta el santuario de la Peña de Francia a los peregrinos de la Edad Media, y la Virgen Morena cuya morada está en lo alto del risco tenía, y aún conserva, la devoción de los habitantes de la zona.
Lope de Vega, que ignoro si estuvo en las Hurdes, es posible que llegara a estarlo en la proximidad, pues entre 1.591 y 1595, periodo en el que estuvo desterrado de Madrid, vivió y trabajo para el Duque en Alba de Tormes. Es posible, que tuviera algún desplazamiento a los territorios de su señor y mecenas, o bien le llegaran noticias de los mismos a través de otros siervos del señor feudal. El palacio de Sotofermoso era espacioso y reunía todas las comodidades y lujos de la época. El castillo de Granadilla o el palacio ducal en Coria, también pudieron ser visitados.
De ese tiempo de servicio a la Casa Ducal seguramente es resultado la obra dramática de “Las Batuecas del Duque de Alba”, al que pertenece el texto, y también otra obra que escribió en agradecimiento: La Arcadia.
Los avatares históricos supusieron el paso de numerosos ejércitos y gentes de todas las procedencias. Antes que los soldados de Wellington, ya habían ocupado el territorio pueblos ganaderos de origen celta, los romanos –que como todo el mundo conocen traían con sus legiones naturales de otras partes del imperio-, los godos, los musulmanes –entre los que estarían los bereberes del Rif tan influenciados físicamente por el pueblo vándalo-, llegarían los cristianos asturleoneses que dejaron su lengua y folclore, las repoblaciones de los francos de Enrique de Borgoña, los austriacos y franceses que se disputaban la herencia de la desgracia Monarquía Hispánica de Carlos II, los franceses de Napoleón (con soldados polacos y de otras procedencias) y las casacas rojas del Reino Unido, con galeses, irlandeses y escoceses.
Todo este trajín, conquistas y reconquistas, legiones y ejércitos en pie de guerra, seguramente propiciarían, por una parte, que los fugitivos y poblaciones desplazadas (moriscos y judíos) y derrotados (restos del ejército visigodo derrotado en Guadalete) encontraran refugio en estas agrestes serranías; los desertores –que siempre los hay- de los distintas fuerzas combatientes también encontrarían asilo y escondite en el lugar apartado y sin comunicaciones; por otro lado, sabemos que los ejércitos en marcha, además del pillaje y saqueamiento del territorio, cometían desmanes como violar a todas las mujeres que se pusieran a su alcance.
¿De dónde proceden los habitantes de esas sierra y valles? Seguramente de una mezcla de todo ellos. El color de la piel o de los ojos, por sí solo no determina mucho, aunque da pistas, sería conveniente investigar en el ADN de los actuales habitantes. Hay incluso un pueblo que se llama Caminomorisco, ¿significará algo?
Al igual que los rifeños tienen una alta tasa de población con apariencia de ser gente del Norte de Europa (de los vándalos), también los portugueses de la Beira Litoral la tienen por descender en buena parte de los Boers que cumplieron condena en Peniche y al ser liberados decidieron permanecer en la zona. Lo mismo sucede en nuestro pueblo, por ejemplo, en mi familia abundan los ojos verdes, también los azules, los hay que fueron de pelo rubio o muy claro de niños y en todos la piel es blanca como la leche de las cabras ¿Cuál es nuestro origen?
Lagunilla, como digo más arriba, tuvo en común el Obispo. Algunos de ejercieron notable influencia en nuestro pueblo: Porras y Atienza hizo Palacio y Hospital; Segura Sáez tiene dedicada calle, consiguió la creación del Real Patronato de Las Hurdes y puso a disposición del mismo las posesiones del obispado en Lagunilla, este más adelante sería Cardenal Arzobispo de Toledo y Sevilla; Peris Mencheta, que precedió al anterior, también tiene una calle dedicada en el municipio, pero ignoro si tuvo alguna influencia en el mismo, aunque supongo que vendría bastante por aquí, dado su largo pontificado, dejaría buen recuerdo y por eso está en el callejero. Sin embargo, no aparece el gran obispo Barbado Viejo, que de 1935 a 1942, que cuando dejó la sede episcopal cauriense, pasó a Salamanca donde fue Gran Canciller de la Pontificia, hijo predilecto de la capital charra, Medalla de Oro de la Provincia salmantina, Gran Cruz de Isabel la Católica y, durante su mandato, Lagunilla pasó a depender del Obispado de Salamanca, es decir, en dos etapas de su vida tuvo bajo su dirección pastoral a los habitantes de este nuestro pueblo y, me da también, que ha sido el obispo que durante más tiempo lo ha sido de Lagunilla.