Los moriscos, creo, que también han sabido conservar lo que era suyo. Se llevaron su idioma, el árabe hablado por muchos y recuperado por quienes por fuerza lo habían abandonado; su religión, ya que nunca renunciaron a ella y por eso los expulsan; sus costumbres, comida, vestido, etc., cuestión que han conservado, en su caso, facilitado por ir a asentarse a territorios donde la gente compartía todo aquello que ellos llevaban consigo, por lo que no son tan extranjero a donde llegan, son acogidos favorablemente, fundan ciudades y, como en el caso de los sefardíes que añoran Sefarad, también los musulmanes añoran Al Andalus y desean que este territorio vuelva a ser lo que fue ¿alguien lo duda?
Por descontado, también llevaron muchas palabras y costumbres asimiladas o aprendidas de tantos siglos de permanencia en la Península, donde asimilaron o integraron a una buena parte de la población nativa y, durante un tiempo, toleraron sus prácticas, costumbres e idioma (mozárabes). No todos los expulsados lo eran de territorios castellanos, los más numerosos procedían de territorios como Valencia y Aragón, así como un fuerte contingente del antiguo territorio nazarí.
Si reflexionamos un poco, veremos que en lo sustancial, los moriscos han conservado a su “exilio” lo mismo que los sefardíes, incluidos los sentimientos por recuperar el territorio de Al Andalus: Han conservado su idioma, religión y costumbre, obviamente, estas no son las nuestras, las de los antiguos cristianos que los expulsaron, ni las de los actuales habitantes de España. Seguramente, por esta razón, tampoco nos interesa que vuelvan.
Ocho siglos de convivencia no se borran o se olvidan así como así. Los cinco desde que fueron deportados, tampoco han borrado muchas cosas. Se fueron, no todos, los que aceptaron las condiciones impuestas se integraron y aquí quedaron y, muy probablemente, muchos de los españoles actuales puedan tener ascendencia morisca.
Como sabes, nuestra provincia incluida, hay lugares que conservan el topónimo moriscos, hay iglesias y otro tipo de construcciones civiles y militares distribuidas por todo el territorio español; el idioma castellano tiene más de 4000 palabras con origen árabe; el empleo en la cocina de cantidad de verduras y especias; el uso de vajillas de cristal o el tener un primer plato, segundo y tercero en nuestra comida de mediodía; la música, los cultivos y regadíos de muchos de nuestros campo, etc.
En cuanto a la solidaridad, el poder circular, etc., etc., todo muy bien y perfecto. Pero si alguien habla de alianza de civilizaciones o se le ocurre destinar en los Presupuestos Generales del Estado el 0,7% del PIB para Ayuda al Desarrollo, lanzamos las campanas a arrebato y a las primeras de cambio reducimos esa cantidad a algo testimonial.
Por descontado, también llevaron muchas palabras y costumbres asimiladas o aprendidas de tantos siglos de permanencia en la Península, donde asimilaron o integraron a una buena parte de la población nativa y, durante un tiempo, toleraron sus prácticas, costumbres e idioma (mozárabes). No todos los expulsados lo eran de territorios castellanos, los más numerosos procedían de territorios como Valencia y Aragón, así como un fuerte contingente del antiguo territorio nazarí.
Si reflexionamos un poco, veremos que en lo sustancial, los moriscos han conservado a su “exilio” lo mismo que los sefardíes, incluidos los sentimientos por recuperar el territorio de Al Andalus: Han conservado su idioma, religión y costumbre, obviamente, estas no son las nuestras, las de los antiguos cristianos que los expulsaron, ni las de los actuales habitantes de España. Seguramente, por esta razón, tampoco nos interesa que vuelvan.
Ocho siglos de convivencia no se borran o se olvidan así como así. Los cinco desde que fueron deportados, tampoco han borrado muchas cosas. Se fueron, no todos, los que aceptaron las condiciones impuestas se integraron y aquí quedaron y, muy probablemente, muchos de los españoles actuales puedan tener ascendencia morisca.
Como sabes, nuestra provincia incluida, hay lugares que conservan el topónimo moriscos, hay iglesias y otro tipo de construcciones civiles y militares distribuidas por todo el territorio español; el idioma castellano tiene más de 4000 palabras con origen árabe; el empleo en la cocina de cantidad de verduras y especias; el uso de vajillas de cristal o el tener un primer plato, segundo y tercero en nuestra comida de mediodía; la música, los cultivos y regadíos de muchos de nuestros campo, etc.
En cuanto a la solidaridad, el poder circular, etc., etc., todo muy bien y perfecto. Pero si alguien habla de alianza de civilizaciones o se le ocurre destinar en los Presupuestos Generales del Estado el 0,7% del PIB para Ayuda al Desarrollo, lanzamos las campanas a arrebato y a las primeras de cambio reducimos esa cantidad a algo testimonial.