ABUELOS
¡Qué pasa hoy día! Yo conocí sólo una abuela. Una ancianita que me daba consejos con sus noventa y pico de años, conductas que debía seguir para no hacer daño; para ser más feliz con los que me querían. Ella murió en el regazo de una familia unida por suerte para ella. Hoy es difícil cuidar de estos abuelos y abuelas, no estamos en casa. Ni con los hijos o nuestros conyugues compartimos apenas tiempo, es muy complicado; horarios de trabajo que no permiten encuentros. Unos vienen y otros van, puertas que se cierran y se abren hasta que llega la noche para acogernos; cenar y dormir apresurados, abatidos cuando es posible el encuentro ¡Qué distinto a lo que compartieron nuestros ancestros! Aquellos turnos comunes en los que compartían el ángelus, desayunos y almuerzos; una recogida sosegada en la cena con el cariño de los nuestros. Eran más ricos con mucho menos dinero.
La sociedad debe cambiar y ordenarse si queremos conocer a los nuestros.
¡Qué pasa hoy día! Yo conocí sólo una abuela. Una ancianita que me daba consejos con sus noventa y pico de años, conductas que debía seguir para no hacer daño; para ser más feliz con los que me querían. Ella murió en el regazo de una familia unida por suerte para ella. Hoy es difícil cuidar de estos abuelos y abuelas, no estamos en casa. Ni con los hijos o nuestros conyugues compartimos apenas tiempo, es muy complicado; horarios de trabajo que no permiten encuentros. Unos vienen y otros van, puertas que se cierran y se abren hasta que llega la noche para acogernos; cenar y dormir apresurados, abatidos cuando es posible el encuentro ¡Qué distinto a lo que compartieron nuestros ancestros! Aquellos turnos comunes en los que compartían el ángelus, desayunos y almuerzos; una recogida sosegada en la cena con el cariño de los nuestros. Eran más ricos con mucho menos dinero.
La sociedad debe cambiar y ordenarse si queremos conocer a los nuestros.
Pedro, Mily, Foreros--
Que bueno recordar a nuestros abuelos. Yo tube los mejores. Por parte de madre, Julio Pineros y Ana Martìn, queridos que me enseñaron tanto, tanto... Descubrì el mundo de la lectura en un viejo baùl lleno de libros que atesoraban. Las tardes al amor de la lumbre mientras abuela anita tegìa y abuelo J ulio leìa en voz alta las novela de Corìn Tellado. Cuando terminaba la lectura, salìa corriendo a pedir otra a mi tìa MaRIY EN UNA BELLA caSA SITUADA en la plaza. De mi abuelo me viene la rebeldìa por la injusticia social y de mi abuela esa firmeza no exenta de ternura que se imponìa.
DE los Peral Gonzalez, de mi abuela Sofìa y de mis tìos, la alegrìa de vivir, el placer por la buena vida y la sonrisa permanente. Ellos fueron mis abuelos. Descansan todos en Lagunilla. Lugar que Eligiò toda mi familia para estar juntos en la tierra y el cielo que aman. Estoy seguro que todos los abuelos son maravillosos o casi todos. Cuento de los mìos. Me olvidè contar que los extraño, aunque somos virtuales, pero casi siempre se me olvida. Ya forman parte de mi presente...
Que bueno recordar a nuestros abuelos. Yo tube los mejores. Por parte de madre, Julio Pineros y Ana Martìn, queridos que me enseñaron tanto, tanto... Descubrì el mundo de la lectura en un viejo baùl lleno de libros que atesoraban. Las tardes al amor de la lumbre mientras abuela anita tegìa y abuelo J ulio leìa en voz alta las novela de Corìn Tellado. Cuando terminaba la lectura, salìa corriendo a pedir otra a mi tìa MaRIY EN UNA BELLA caSA SITUADA en la plaza. De mi abuelo me viene la rebeldìa por la injusticia social y de mi abuela esa firmeza no exenta de ternura que se imponìa.
DE los Peral Gonzalez, de mi abuela Sofìa y de mis tìos, la alegrìa de vivir, el placer por la buena vida y la sonrisa permanente. Ellos fueron mis abuelos. Descansan todos en Lagunilla. Lugar que Eligiò toda mi familia para estar juntos en la tierra y el cielo que aman. Estoy seguro que todos los abuelos son maravillosos o casi todos. Cuento de los mìos. Me olvidè contar que los extraño, aunque somos virtuales, pero casi siempre se me olvida. Ya forman parte de mi presente...