Cuantas veces de chicos, con chotas como estas, jugábamos en la calle imitando a nuestros mayores. Estas bogallas representaban a las vacas o terneras, otras redonda -chotos- a los toros o terneros, todo en función del tamaño de estos apéndices que nacen en los robles de nuestra tierra. No son alimento para el ganado ni para los animales silvestres, pero para nuestra imaginación infantil venían como anillo al dedo. En la tierra simulábamos las fincas, prados, cercados y callejas; incluso, hacíamos un yugo y formábamos pajeras dispuestas a tirar del trillo, carro o arado. ¿alguien se acuerda de ello?