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[guirlanda]
NAVIDAD
Magia efímera que apenas dura unos días y que permite encuentros con personas y familiares de difícil concurrencia durante el resto del año. Calles iluminadas de colores alegres ayudan a introducirnos a un estado eufórico de ilusión y generosidad que rara vez se repite ¿Qué nos sucede, por qué esa mutación? Hay algo en la Navidad que nos limpia de casi todos los pecados capitales. No importa saber que, tras de esos días, volveremos a la carga y nos ocultaremos como Caín ¿A caso soy yo el guardián de mi hermano? Nos preguntaremos. La vida es como es… ¡Sálvese quien pueda! Ahora mismo empieza a suceder, son pocos días de amor y humanidad que, pese a ese cortito momento; no debemos dejar de saborear un instante tan humanizado de nuestra sórdida sociedad.
Es muy difícil ser honrado cuando todo son deshonras. Cuesta alejarse de las soledades hacia otras soledades sin dejar atrás cuitas irracionales que nos persiguen y cautivan; pese a las grandes terapias de psicólogos espontáneos que, si la mente se halla inmadura, hará más daño que cura; pero ahí volvemos al ¡Sálvese quien pueda! Yo, gracias a Dios, estoy salvado.
Feliz Navidad. Nos vemos el año que viene.
NAVIDAD
Magia efímera que apenas dura unos días y que permite encuentros con personas y familiares de difícil concurrencia durante el resto del año. Calles iluminadas de colores alegres ayudan a introducirnos a un estado eufórico de ilusión y generosidad que rara vez se repite ¿Qué nos sucede, por qué esa mutación? Hay algo en la Navidad que nos limpia de casi todos los pecados capitales. No importa saber que, tras de esos días, volveremos a la carga y nos ocultaremos como Caín ¿A caso soy yo el guardián de mi hermano? Nos preguntaremos. La vida es como es… ¡Sálvese quien pueda! Ahora mismo empieza a suceder, son pocos días de amor y humanidad que, pese a ese cortito momento; no debemos dejar de saborear un instante tan humanizado de nuestra sórdida sociedad.
Es muy difícil ser honrado cuando todo son deshonras. Cuesta alejarse de las soledades hacia otras soledades sin dejar atrás cuitas irracionales que nos persiguen y cautivan; pese a las grandes terapias de psicólogos espontáneos que, si la mente se halla inmadura, hará más daño que cura; pero ahí volvemos al ¡Sálvese quien pueda! Yo, gracias a Dios, estoy salvado.
Feliz Navidad. Nos vemos el año que viene.