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LAGUNILLA: COMIDA FAMILIAR...

COMIDA FAMILIAR

Son los mejores encuentros aquellos, en los que compartimos el plato; nosotros hemos tenido siempre la osadía de juntarnos una vez al año para rendir unas habas secas con rabo de cerdo y otros presentes en una finca familiar. Los fríos inviernos suscitan el interés por los calderos con la impetuosa necesidad de tirar de cuchara ¡Oh esos sorbos calentitos! Recuerdo que todos echaban la mano, que todos tenían un cierto interés por aportar un ingrediente en aquel guiso y, en regañadientes, sin llegar al enfado; comíamos deliberando sobre lo impropio de variar una receta que ya tiene asumido los ingredientes. Pero el afecto familiar permite ciertas tolerancias y reíamos. Lo importante era juntarnos.