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LAGUNILLA: PROMESAS...

PROMESAS

Y así, como mi abuela, tuve el coraje de gastar un buen dinero en acercarme a ellos; pero no tuve mucha suerte. El rastro de nuestros Gallardo se hallaba a enormes distancias unos de otros, Argentina es inmensa.
En esta foto quise reconocerme. Este es mi tío Manuel (ya fallecido), padre de mi prima Dolores; ella decía que, en algunas fotos mías, encontraba un gran parecido; yo advertía el rostro familiar como una réplica a Feliciano (mi tío “chanín”) ¡Increíblemente iguales! Al tío Antonio apenas pude cotejarlo, sólo vi una foto; en ella aprecé media cara, la única faz posible porque no estaba centrada la foto y se quedó fuera (el tampoco vive). Me quedó saber más de mis tías: Ángela sobre todo (tampoco la tenemos); sí al caso, se acercaron a verme algunos descendientes de ella ¡Miento! Uno sólo, con su esposa; sería su nieto Antonio ¡Qué casualidad! Cómo se repiten los nombres de nuestros ancestros sobre los descendientes. Ahora no se lleva tanto el salvaguardar en la memoria nuestra, con los nombres en nuestros hijos, el recuerdo de los que fueron nuestros tíos; una pena. No obstante, pese a no tener la dicha de hallar más primos; a día de hoy cuento con ellos entre mis amigos de faebook y me van subiendo fotos de segundas y terceras generaciones en las que, el apellido Gallardo, desaparece. Ahora se han traducido a sonados en italiano, gallego; asturiano y, con la perplejidad de otros; con predominación al castellano. Esa tierra reúne a personas de gran parte del mundo pero… Para ellos, un español; es un gallego ¡Viste!