En estos días en que tenemos noticias de lejanos terremotos, no nos es ajeno el efecto de terremotos más cercanos en nuestras tierras.
El 01 de Noviembre de 1755, sobre las 09.30 h. Tuvo lugar un terremoto en algún lugar del Atlántico próximo a la costa sur de Lisboa. La Falla de Azores-Gibraltar
generó un seismo de Magnitud 8.7; como consecuencia un Tsunami con olas de más
de 10 m. y grandes incendios. Las víctimas superaron las 100 mil personas entre la
Península Ibérica y Marruecos.
Un terremoto de tal magnitud tuvo consecuencias en toda la península y como no podía ser de otra forma, en las zonas más próximas, como Salamanca y Extremadura.
En Coria, (Cáceres), el terremoto derrumbó la cubierta de la Catedral, sepultando a numerosos fieles que se hallaban congregados en misa en aquel momento. Además, desvió el cauce del río Alagón a su paso por la localidad y dejó el puente de piedra que lo cruzaba, alejado del nuevo cauce y sin utilidad.
En Salamanca sufrieron importantes daños muchos de sus edificios. Entre ellos, la catedral nueva, en la que fueron de tal magnitud que se consideró la posibilidad de derribar su torre ante el peligro de desplome, y se tuvo que desmantelar la cúpula del cimborrio de la misma catedral para volverla a levantar posteriormente. Sufrió también el claustro de la catedral vieja, el Colegio Viejo, que hubo que derruir, el palacio del obispo y especialmente la linterna de la cúpula de la iglesia de la Clerecía, que hoy todavía puede verse seriamente inclinada desde el Patio de Escuelas. La inclinación de la torre de la catedral se palió con el levantamiento de un talud en la cara oeste, que todavía subsiste. Por suerte, no se produjeron en dicha ciudad víctimas fatales. En agradecimiento por la milagrosa salvación del edificio catedralicio, al mediodía de cada 31 de octubre el Mariquelo escala la torre hasta la esfera armilar, llamada La Bola, que la corona.
Sin duda el seismo debió sentirse en el pueblo de Lagunilla y comarca, aunque
no he podido encontrar información de si tuvo consecuencias en población o
infraestructuras.
El 01 de Noviembre de 1755, sobre las 09.30 h. Tuvo lugar un terremoto en algún lugar del Atlántico próximo a la costa sur de Lisboa. La Falla de Azores-Gibraltar
generó un seismo de Magnitud 8.7; como consecuencia un Tsunami con olas de más
de 10 m. y grandes incendios. Las víctimas superaron las 100 mil personas entre la
Península Ibérica y Marruecos.
Un terremoto de tal magnitud tuvo consecuencias en toda la península y como no podía ser de otra forma, en las zonas más próximas, como Salamanca y Extremadura.
En Coria, (Cáceres), el terremoto derrumbó la cubierta de la Catedral, sepultando a numerosos fieles que se hallaban congregados en misa en aquel momento. Además, desvió el cauce del río Alagón a su paso por la localidad y dejó el puente de piedra que lo cruzaba, alejado del nuevo cauce y sin utilidad.
En Salamanca sufrieron importantes daños muchos de sus edificios. Entre ellos, la catedral nueva, en la que fueron de tal magnitud que se consideró la posibilidad de derribar su torre ante el peligro de desplome, y se tuvo que desmantelar la cúpula del cimborrio de la misma catedral para volverla a levantar posteriormente. Sufrió también el claustro de la catedral vieja, el Colegio Viejo, que hubo que derruir, el palacio del obispo y especialmente la linterna de la cúpula de la iglesia de la Clerecía, que hoy todavía puede verse seriamente inclinada desde el Patio de Escuelas. La inclinación de la torre de la catedral se palió con el levantamiento de un talud en la cara oeste, que todavía subsiste. Por suerte, no se produjeron en dicha ciudad víctimas fatales. En agradecimiento por la milagrosa salvación del edificio catedralicio, al mediodía de cada 31 de octubre el Mariquelo escala la torre hasta la esfera armilar, llamada La Bola, que la corona.
Sin duda el seismo debió sentirse en el pueblo de Lagunilla y comarca, aunque
no he podido encontrar información de si tuvo consecuencias en población o
infraestructuras.