Amiga malagueña, charra de nacimiento; aferrada a vetustas calles y plazas de un rústico pueblo ¿Dónde moras? Hoy tan lejos, de aquellos Pizarrales que conformaban las salitas en el piso de sus suelos, mesitas de roble, faldones braseros; baúles de ropa, candiles, pucheros; el silbar del aire se filtra tras las vigas, superando los Tejares dolidos para acompañar las nanas de los huéspedes idos. Ya no suben nubes de humo en la pira, no cuelgan borboteados calderos del yar; ni hay traviesas de morcillas ni chorizos. Es aquel, no despertar, de un rinconcito muy querido.
Besos Mily.
Besos Mily.