¿Esta típica fachada continuará en pie? Esta forma tradicional de construir (planta baja de piedra, la de arriba de adobe con entramado de madera y con la cubierta sobresaliendo para proteger la fachada de los efectos del agua de lluvia) era muy común en nuestro pueblo y en otros muchos de la geografía provincial. Los nuevos modos de construir han venido desterrando estos materiales por el ladrillo y por proyectos hechos en los despachos de las ciudades donde no se tienen en cuenta la tradición ni los materiales propios de la zona. La cara de los pueblos ya no es la misma de otras época; las construcciones de unos lugares son iguales a las de otros, no importa si son de sierra o de llano, si abunda o no un determinado material en la zona, lo que importa es que las construcción sea barata y rápida; los pueblos -salvo rara excepción- han carecido de normas urbanísticas que determinaran el aspecto exterior de los inmuebles lo que ha llevado a la uniformidad en cualquier lugar.
Cierto es que en muchos sitios se han ido concienciando de la pérdida a marchas forzadas del patrimonio rural de cada zona y la riqueza que tan descuidadamente íbamos perdiendo; para evitarlo, en algunos lugares (en nuestro pueblo también) se han hecho normas urbanísticas que, en principio, son de obligado cumplimiento para el mantenimiento de ese patrimonio y preservar en lo posible las características que determinan que la trama urbanística de cada lugar tenga personalidad propia y se diferencia de la del vecino. Para muchos inmuebles las medidas aprobadas han llegado muy tarde, no obstante, algo se pretenderá salvar o recuperar de aquel patrimonio que nuestros mayores nos dejaron, lo que hace falta es que las normas se apliquen.
Cierto es que en muchos sitios se han ido concienciando de la pérdida a marchas forzadas del patrimonio rural de cada zona y la riqueza que tan descuidadamente íbamos perdiendo; para evitarlo, en algunos lugares (en nuestro pueblo también) se han hecho normas urbanísticas que, en principio, son de obligado cumplimiento para el mantenimiento de ese patrimonio y preservar en lo posible las características que determinan que la trama urbanística de cada lugar tenga personalidad propia y se diferencia de la del vecino. Para muchos inmuebles las medidas aprobadas han llegado muy tarde, no obstante, algo se pretenderá salvar o recuperar de aquel patrimonio que nuestros mayores nos dejaron, lo que hace falta es que las normas se apliquen.