Da gusto ver estas fotos de antaño donde apreciamos a un numeroso grupo de niñas de un curso determinado en la escuela. Ahora, seguro es imposible juntar tantas, no en un curso, en toda la escuela e incluso en todo el pueblo reuniendo a las de todas las edades. Algo ha cambiado de entonces ahora. En el pasado, las clases estaban separadas por sexos -incluidos profesores/as- ahora es una mixtura, buscando la IGUALDAD en todos los sentidos. La pena es que nos hemos quedado sin niños y muchas unidades faltas de contenido fueron menguando. Se suprimieron clases; se cerraron centros; las escuelas fueron quedando para otros usos, cuando no arruinadas, al igual que las viviendas que se construyeron en los años sesenta para los maestros.
La educación es un tesoro, cuestión que nadie duda y reconocida en las altas instancias educativas mundiales, de la que no siempre todo el mundo pudo participar; por suerte, la mentalidad de los padres ha cambiado y ponen como prioridad que sus hijos acudan al colegio; también, el concepto o "utilidad" de los niños en las familias es otro; antes eran mano de obra barata y abundante; posibilidad de "progreso" familiar, cuando no forma de asegurarse un cuidado en la vejez. Aparte televisión y campañas de control de la natalidad.
Ahora importa la formación. La cultura ha cambiado. Los niños, por mor de diversas circunstancias, son cada vez más escasos y la protección que los padres y la sociedad da, son mayores; en los pueblos y en la provincia salmantina son casi reliquia del pasado. Seguramente, por esto y por la tristeza que causa ver pueblos con sus escuelas destartaladas; frontones y juegos infantiles sin utilidad durante casi todo el año (solo ocupados en verano); las calles sin pequeños correteando o dando patadas a un balón o jugando a la comba; quizá por esto, el ver estas estampas nos retrotrae a un tiempo distinto que ya solo queda en la memoria y en el papel.
La educación es un tesoro, cuestión que nadie duda y reconocida en las altas instancias educativas mundiales, de la que no siempre todo el mundo pudo participar; por suerte, la mentalidad de los padres ha cambiado y ponen como prioridad que sus hijos acudan al colegio; también, el concepto o "utilidad" de los niños en las familias es otro; antes eran mano de obra barata y abundante; posibilidad de "progreso" familiar, cuando no forma de asegurarse un cuidado en la vejez. Aparte televisión y campañas de control de la natalidad.
Ahora importa la formación. La cultura ha cambiado. Los niños, por mor de diversas circunstancias, son cada vez más escasos y la protección que los padres y la sociedad da, son mayores; en los pueblos y en la provincia salmantina son casi reliquia del pasado. Seguramente, por esto y por la tristeza que causa ver pueblos con sus escuelas destartaladas; frontones y juegos infantiles sin utilidad durante casi todo el año (solo ocupados en verano); las calles sin pequeños correteando o dando patadas a un balón o jugando a la comba; quizá por esto, el ver estas estampas nos retrotrae a un tiempo distinto que ya solo queda en la memoria y en el papel.