Hubo suerte y no se obvio la ley, lo que nos permite seguir disfrutando de este magnífico ejemplar que acumula decenas o quizá centenares de años. Recuerdo que hace mucho tiempo antes de llegar al pueblo había ejemplares de considerable porte que fueron desapareciendo por causas muy diversas y, lo que es peor, ningún otro ejemplar se plantó para sustituir al desaparecido. El de la imagen, como otros ejemplares de esta especie y otras, forma parte también del acervo cultural de un pueblo. Conservemos la riqueza forestal que tenemos y repongamos los ejemplares muertos, no dejemos las cosas al albur.