
Por razones familiares hace unas fechas estuve en el pueblo. Fui saludado por personas diversas, casi todas más o menos conocidas desde tiempos lejanos. A la puerta de la iglesia, una de mis primas me presentó a una señora o señorita bastante más joven que un servidor y a la que no conocía con anterioridad. Presentada, me habló de su madre, por suerte, todavía con buena salud y memoria a pesar de acumular mas de 90 primaveras; de lo que he venido escribiendo en ese foro, especialmente del contenido de esta fotografía sobre la que se había vertido algún error, sin especificar cual. Por esta razón, como por lo que me contó, me consta es lectora habitual, me gustaría que concretara o precisara para conocer mejor donde y en que se ha producido la equivocación. Es algo que verbalmente le trasladé, cuestión que le recuerdo para así tener un mejor conocimiento de determinadas cosas que, particularmente escribo, pero que por la nebulosa que el tiempo acumula sobre los recuerdos pudiera haberse trastocado. Por ello y por que entre sabia nueva en el foro, la invité a participar con sus aportaciones al enriquecimiento del mismo, cuestión que ahora reitero.
Finalizado el acto religioso al que asistí me presentó a su madre, que me pareció más joven de lo que en realidad es y conserva todavía la elegancia y belleza que el paso del tiempo no ha conseguido extinguir; me habló brevemente de tiempos pasados, conoció y trató a mis padres, también a los abuelos y tíos. De todos me habló con sentimiento; me recordó a mi hermana Reyes, fallecida en 1969, a cuyo entierro asistió en Guijuelo. Ella también perdió hace unos años a su esposo y 10 meses más tarde a una hija. No fueron muchos los minutos que hablamos; pero suficientes para apreciar los buenos sentimientos de estas personas.
A madre e hija un beso y el mejor de los deseos. Salud.
Finalizado el acto religioso al que asistí me presentó a su madre, que me pareció más joven de lo que en realidad es y conserva todavía la elegancia y belleza que el paso del tiempo no ha conseguido extinguir; me habló brevemente de tiempos pasados, conoció y trató a mis padres, también a los abuelos y tíos. De todos me habló con sentimiento; me recordó a mi hermana Reyes, fallecida en 1969, a cuyo entierro asistió en Guijuelo. Ella también perdió hace unos años a su esposo y 10 meses más tarde a una hija. No fueron muchos los minutos que hablamos; pero suficientes para apreciar los buenos sentimientos de estas personas.
A madre e hija un beso y el mejor de los deseos. Salud.