Antes, mucho antes, de que llegaran a los talleres las máquinas para cortar, soldar o pegar, agujerear, modelar..., este era un elemento fundamental en toda fragua, juntamente con el fuego de carbón para reblandecer el hierro, donde a base de machacar con diferentes martillos y mazos, darle la forma precisa a los utensilios a reparar o fabricar. Sobre el yunque pasaron calabozos, podones, segurillas, hoces, zachos, rejas de arado, vertederas, hachas, cuchillos... y otros tantos elementos y útiles del campo o del hogar; también fueron muchos los que con uno de los mazos, acompasando los golpes a los que daba el herrero, contribuyeron con los suyos a doblegar el incandescente metal.