Pared de dura roca granítica; sin argamasa, mortero o cemento que pegue sus piedras; ahí la tenemos de pie, aguantando el paso del tiempo y sus inclemencias. Construcción rustica que delimita y protege la propiedad; impide la salida o entrada de ganado; rompe la monotonía y adorna el paisaje, y sirve lo mismo para cercar un prado que un huerto. Esta sencilla construcción que, en principio parece fácil de levantar; sin embargo, no todo el mundo sabe hacerlo y mucho menos darle a la misma el equilibrio y consistencia que la haga perdurar.
¿Cuándo fue construida, quienes fueron sus constructores? Seguramente nadie de los vivos sabría decirnos cuando y quien la levantó; en los tiempos que corren, nadie dedicaría horas, esfuerzo y dinero en construir algo parecido. Quizá por esto, este tipo de construcción forma parte del acervo cultural del mundo rural; es decir, de lo que ahora conocemos como patrimonio rural.
¿Cuándo fue construida, quienes fueron sus constructores? Seguramente nadie de los vivos sabría decirnos cuando y quien la levantó; en los tiempos que corren, nadie dedicaría horas, esfuerzo y dinero en construir algo parecido. Quizá por esto, este tipo de construcción forma parte del acervo cultural del mundo rural; es decir, de lo que ahora conocemos como patrimonio rural.
Pues sí, las alta instancias mundiales, la UNESCO ha venido a incluir esta técnica constructiva de piedra en seco en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Este reconocimiento es extensivo a quienes en su momento presentaron candidatura, a saber: Chipre, Crecí, Croacia, Suiza, Eslovenia, Francia, Italia y España. Dentro de España, afecta a las comunidades de Valencia, Cataluña, Baleares, Aragón, Esñxtremadura, Andalucía, Galicia y Asturias.
Faltan comunidades autónomas españolas, como Castilla y León donde nadie se ocupó de presentar informes y candidatura para tal fin, a pesar de que en nuestro extenso territorio existente miles de kilómetros de paredes en cercados, chorizos de pastores, Corrales, etc. donde se sigue la técnica citada, como es el caso de esta modesta pared de la fotografía, e infinidad de paredes construidas con aires artísticos y de belleza por nuestros campos.
La desidia en esta comunidad autónoma que tiene por capital oficiosa la ciudad del Pisuerga, es notable en infinidad de cuestiones, esta que planteó, no es la más urgente y grave. La peor de todas es el despoblamiento y envejecimiento galopante que padecemos en todo el ámbito territorial y que no tiene otros culpables que quienes vivimos y votamos en tiempos de elecciones a los que de una manera irremediable nos han abocado a la situación en la que nos encontramos.
Ahora bien, como siempre, que no se consuela es porque no quiere, ya que si miramos a nuestros hermanos ibéricos del oeste peninsular, vemos que tampoco hicieron nada respecto al reconocimiento de estas rústicas construcciones, ello a pesar de tener tantos o más kilómetros de paredes de iguales características.
Este reconocimiento es extensivo a quienes en su momento presentaron candidatura, a saber: Chipre, Crecí, Croacia, Suiza, Eslovenia, Francia, Italia y España. Dentro de España, afecta a las comunidades de Valencia, Cataluña, Baleares, Aragón, Esñxtremadura, Andalucía, Galicia y Asturias.
Faltan comunidades autónomas españolas, como Castilla y León donde nadie se ocupó de presentar informes y candidatura para tal fin, a pesar de que en nuestro extenso territorio existente miles de kilómetros de paredes en cercados, chorizos de pastores, Corrales, etc. donde se sigue la técnica citada, como es el caso de esta modesta pared de la fotografía, e infinidad de paredes construidas con aires artísticos y de belleza por nuestros campos.
La desidia en esta comunidad autónoma que tiene por capital oficiosa la ciudad del Pisuerga, es notable en infinidad de cuestiones, esta que planteó, no es la más urgente y grave. La peor de todas es el despoblamiento y envejecimiento galopante que padecemos en todo el ámbito territorial y que no tiene otros culpables que quienes vivimos y votamos en tiempos de elecciones a los que de una manera irremediable nos han abocado a la situación en la que nos encontramos.
Ahora bien, como siempre, que no se consuela es porque no quiere, ya que si miramos a nuestros hermanos ibéricos del oeste peninsular, vemos que tampoco hicieron nada respecto al reconocimiento de estas rústicas construcciones, ello a pesar de tener tantos o más kilómetros de paredes de iguales características.