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LAGUNILLA: TIERRA DE MARÍA SANTÍSIMA….....

TIERRA DE MARÍA SANTÍSIMA…..

Valle profundo y angosto, como muchos de esta sierra. Tajos en la tierra de donde brota agua cristalina, encajonada y silenciosa baja por estrecha quebrada alisando su cauce, moldeando cantos y con fuerza se precipita por profundos barrancos, ruidosa y prolongando su sonido hasta juntarse en el remanso del llano, que junto a otros regatos harán arroyo en el viaje.
Al llegar el verano, a su vera, las noches sin luna los pastores duermen al sereno; como cama, estera de aparejo y manta, cobijo para el relente. Cerca, bajo la higuera, la luz se cuela entre las hojas dejando ver una araña encendida de titilantes estrellas, millones de luceros sobre un raso negro!

La faena….
Con la oscura madrugada, el silencio del sueño solo roto en su mudez por un grillo perdido. El ordeño, los aperos y los cántaros para las aguaderas esperan.
El alba levanta el día, temprano rompe el silencio los cascos del caballo. El viejo lleva las riendas y el niño adormilado se agarra de la cola. Cabecea la jaca por la empinada ladera de quebradiza pizarra. Vereda gastada en la piedra con golpes de herradura que nos lleva a “Paso Malo”.

El cabrero….
Lejos, en la ladera opuesta, camino de la “Nava” se barrunta el pastor, hombre de experiencia y vida de intemperie. Con sus mastines despabilando cabras y chivarros, sus campanillos son el sonido cotidiano de estas barreras aún primaverales que marcan la huella abrupta del pastoreo. Brotes tiernos de brezo, flor de cantueso y hierva fresca de regajo es el goloso pasto. Ya no se oye el rebaño, el sol roza las cumbres, ya vencieron la loma.

El camino….
Casi cuatro leguas hasta pueblo de duro traqueteo con la carga cotidiana. El abuelo con el nieto van montados a lomos de la jaca, el niño se sujeta a los crines, el anciano canturrea canciones de trovadores cubanos, (de cuando estuvo emigrado en los años treinta), se le da bien los ritmos “danzón” y sones” caribeños. Con sus historias y su refranero extenso, grava en los demás una huella de recuerdos imperecederos.
Superado el retorcido camino, resopla de alivio el bravo animal, ya se divisa “Mata Rubia”. Atrás queda la mala huella! Barreras de madroñeras, jara y brezo. Tierra de carboneros, cabreros y labradores esforzados.
TIERRA DE MARÍA SANTÍSIMA!….. Decía el abuelo.