En el pasado nuestro pueblo estuvo rodeado de extensos bosques de roble y castaño, que con el tiempo fueron talados para habilitar terrenos para el cultivo y pastos para en el ganado. Los castaños, adaptados a las características del terreno y clima de Lagunilla, fueron muy abundantes, y con sus frutos, proporcionaron servicios en beneficio de la alimentación humana y de de los animales. Su madera sirvió en la construcción de edificios tanto para las vigas, como para las cubiertas, ventanas y puertas, sía como para hacer todo tipo de mobiliario. Hoy, no son tan abundantes, aunque décadas atrás se hicieron algunas repoblaciones, todavía hay terrenos alrededor del pueblo faltos de aquella cubierta arbórea del pasado.
Los helechos ocupan buena parte del terreno que queda libre de arbonaldo, aunque esta planta se desarrolla perfectamente entre los árboles, como en el caso de la fotografía, tampoco tiene dificultades para desarrollarse en ausencia de árboles. El helecho, también tuvo su importancia, sobre todo, juntamente con las hojas secas de los robles, para servir de cama a los animales estabulados en casillones y cuadras. Otra utlidad, fue como aislante en las techumbre -juntamete con la jara- o para el chamuscado del cerdo recien matado.
Los helechos ocupan buena parte del terreno que queda libre de arbonaldo, aunque esta planta se desarrolla perfectamente entre los árboles, como en el caso de la fotografía, tampoco tiene dificultades para desarrollarse en ausencia de árboles. El helecho, también tuvo su importancia, sobre todo, juntamente con las hojas secas de los robles, para servir de cama a los animales estabulados en casillones y cuadras. Otra utlidad, fue como aislante en las techumbre -juntamete con la jara- o para el chamuscado del cerdo recien matado.