J. N. RIVERO y Marrodriguez, como vosotros, yo también escuché muchos relatos a mis abuelos de la época del hambre y del estraperlo. Les tocó vivir una época de muchas dificultades e incluso sus hijos, nuestros padres, vivieron en su infancia eso difíciles momentos que les hizo madurar antes que a nuestros hijos, los jóvenes de ahora, que tienen la vida resuelta desde que nacen. A pesar de las dificultades eran felices valoraban y sabían disfrutar con lo poco que tenían.
Es cierto que por aquella época de escasez, hasta los animales pasaban hambre y era frecuente que los lobos, entonces abundantes, bajaran por la noche al pueblo en busca de alimento, según me contaron mis abuelos. No me extraña que, como cuenta tu abuela, J. N. Rivero, por la noche atacaran a los caballos que durante la noche regresaban con el estraperlo.
Manuel, esta foto me hace recordar también la gran cantidad de jabalíes que había antes por los montes de los alrededores del pueblo y que según dicen se veían con facilidad.
Esperemos que la poca fauna que aún existe en el monte se respete antes que desaparezca totalmente.
Un saludo para todos y especialmente para J. N. Rivero, que parece que ya empieza a normalizarse su situación y tiene un poquito de tiempo para contarnos aventuras, para Manuel por sus bonitas fotos que recupera del baúl de los recuerdos para ponerlas a nuestra disposición, para Manchega que aunque no le gusta escribir nos envía muchas fotos y para Marodríguez que de vez en cuando nos deja su mensaje.
M. P.
Es cierto que por aquella época de escasez, hasta los animales pasaban hambre y era frecuente que los lobos, entonces abundantes, bajaran por la noche al pueblo en busca de alimento, según me contaron mis abuelos. No me extraña que, como cuenta tu abuela, J. N. Rivero, por la noche atacaran a los caballos que durante la noche regresaban con el estraperlo.
Manuel, esta foto me hace recordar también la gran cantidad de jabalíes que había antes por los montes de los alrededores del pueblo y que según dicen se veían con facilidad.
Esperemos que la poca fauna que aún existe en el monte se respete antes que desaparezca totalmente.
Un saludo para todos y especialmente para J. N. Rivero, que parece que ya empieza a normalizarse su situación y tiene un poquito de tiempo para contarnos aventuras, para Manuel por sus bonitas fotos que recupera del baúl de los recuerdos para ponerlas a nuestra disposición, para Manchega que aunque no le gusta escribir nos envía muchas fotos y para Marodríguez que de vez en cuando nos deja su mensaje.
M. P.