Contreras, sí vaya tomates, esos a la altura que estamos ya no maduran y acabarán secos como la planta. En el pueblo, los veranos que vienen calurosos, hay abundantes tomates y de un sabor riquísimo. Coger un tomate coloradito directamente de la planta y comértelo es delicioso, nada tiene que ver ni con los de “pata negra” que venden. Y si le pones un poquito de sal gorda, como a mí me gustan, no digamos.
Estos dos últimos años en agosto no ha habido tomates del pueblo estaba verdes, como estos, que siguen verdes. Los tomates que comíamos los traían de fuera, y los más rico, los de La Abadía, Cáceres, el pueblecito primero que encuentras nada más bajar las grandes curvas por la carretera de la fuente que viste. Ese pueblo, con bastante menos altitud que Lagunilla es muy caluroso, como toda Cáceres, y todo los productos son tempranos.
Unos tomatitos de la tierra, unas aceitunitas como las que tomaste y, por qué no, unas tapitas de jamón junto con una cervecita, y a disfrutar de los productos naturales del pueblo.
Un saludo, y gracias por estos recuerdos del pueblo que nos has dejado.
M. P.
Estos dos últimos años en agosto no ha habido tomates del pueblo estaba verdes, como estos, que siguen verdes. Los tomates que comíamos los traían de fuera, y los más rico, los de La Abadía, Cáceres, el pueblecito primero que encuentras nada más bajar las grandes curvas por la carretera de la fuente que viste. Ese pueblo, con bastante menos altitud que Lagunilla es muy caluroso, como toda Cáceres, y todo los productos son tempranos.
Unos tomatitos de la tierra, unas aceitunitas como las que tomaste y, por qué no, unas tapitas de jamón junto con una cervecita, y a disfrutar de los productos naturales del pueblo.
Un saludo, y gracias por estos recuerdos del pueblo que nos has dejado.
M. P.