Menhir del
mirador. Es muy discutida su autenticidad o no, por tratarse de un resto anodino por estas tierras y por guardar similitudes con mojones usados para marcar los límites entre las propiedades agrícolas y ganaderas de la zona. Originariamente radicaba a la izquierda de la Vereda de Peñalvo, a su paso por el
puente romano de Peñacerracín, en un terreno ganadero y se trasladó a su ubicación actual, en el mirador a la entrada del Puente en 1971. Se trata de un gran monolito de
piedra granítica de forma cilíndrica irregular de unos 2'50 m, que hay quien ha querido identificar con un gran símbolo fálico e incluso quien cree adivinar restos de escrituras rúnicas en él.