Su base
románica de los últimos años del siglo XII son los restos más antiguos que se observan a simple vista. Habría que verificar los datos del Padre Morán sobre restos de inscripciones
romanas en la base que atestiguaran su discutido origen
romano. Hasta el siglo XIX era el "
puente más alto que cruzaba el Tormes".
Se trata pues de un puente de gran altura cuya factura actual es de mediados de la tercer tercio del siglo XV, posiblemente de época de Beltrán de la
Cueva. De aquella época sólo se conservan dos
arcos ojivales de los cinco con los que cuenta la construcción, pues los dos de los extremos son producto de la reforma de Martín de Sarasola a fines del siglo XVI y el segundo
arco saliendo de la Villa es obra de 1816, pues en 1812 fue dinamitado por las tropas napoleónicas. Desde 1462 y hasta 1909, se debía pagar el derecho de pontazgo al conde de
Ledesma por cada persona que cruzara por este puente. Es en esa época en la que el
ayuntamiento adquiere la propiedad del puente y en la que se derriba la
torre que había al inicio de éste y que servía para el impuesto de pontazgo.