Hace aproximadamente cincuenta años a alguna cabeza pensante de las que en aquella época regían los destinos del
pueblo, se le ocurrió hacer unos
abrevaderos para el
ganado a un kilómetro más o menos del pueblo, en un lugar de paso de los animales
camino de los prados comunales y a unos veinte metros del cauce del
río. La idea no puede considerarse mala del todo (ya que el río se seca en
verano) si no hubiera sido porque están en la cima de un pequeño montículo y no puden recoger
agua de ningún sitio (solamente cuando llueve), y de que su altura puede ser de 70 ctms. con lo que en ellos solamente hubieran podido beber las jirafas. Pero aunque nunca hayan cumplido su finalidad, aquí siguen prácticamente intactos (una obra bien hecha), y siempre tuvieron su uso: para jugar a indios y vaqueros; como punto de
reunión (punto de partida
nocturna para ir a
cazar gamusinos),"pelar la pava", o simplemente sentarse un ratito a descansar.