Tiempo de juegos y de sortear baches que todos conocíamos al dedillo. Las calles era nuestro laberinto donde imaginación y destreza se compartía en grupo formando equipo para otros tipos de juegos que las nuevas tecnologías han dejado arrinconados y luego el invierno, ese tiempo que hacía sacar a nuestras madres toda la intendencia para que no pasáramos frío, era cuando más tiempo estábamos en casa, casas sin calefacción donde las puertas y la lumbre estaban condenadas a entenderse, el abrir alguna ... (ver texto completo)