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NAVAMORALES: El río Corneja No es el Amazonas por su caudal;...

El río Corneja


No es el Amazonas por su caudal; ni el Nilo por su longitud; ni el Ebro; pero si es el río que ayuda al Tormes, en el que desemboca por su derecha en Navamorales, para engrosar más abajo al caudaloso Duero. Es en cualquier caso nuestro río menor. Un río que sigue regando los huertos del Pontón; regó los huertos del Río; abasteció un buen número de norias de Morales, Hurraca, vado el Medio y vado Bajero. Hizo fructificar la huerta “las norias”, durante décadas y fue el responsable del sustento de los navamoraleños en la base de lo que hoy llamamos dieta mediterránea.


Los frutos de la huerta fueron como decimos, juntamente con la matanza, un complemento perfecto en el sustento de casi todos nuestros antepasados. En este sentido, el Corneja, que regaba y fertilizaba con sus crecidas las norias y huertos, es para nosotros un río trascendental.


La imagen que precede estos comentarios fue tomada en el mes de abril de este año 2006. El Corneja como se puede apreciar, es un río abundante, de aguas cristalinas en época otoñal e invernal; también en primavera; pero de caudal mínimo o nulo a partir de los primeros calores veraniegos; eso no quiere decir que no tenga agua. Sus profundos arenales mantienen más allá del rigor del verano un abundante caudal de agua, del que se abastecían las norias, que indudablemente estaban cavadas a mayor profundidad; pero hete aquí, que llegaron “los buitres”; y buitres especuladores fueron aquellos que pusieron sus ojos en ese bien despreciable, como era la simple arena. Digo despreciable, para las ingenuas almas cándidas de nuestro pueblo. Y aquellos “buitres” digo, arrebataron con cientos y hasta miles de camiones de arena el lecho del río hace bien pocos años, haciendo bajar el nivel del mismo, y por supuesto del agua en algunos lugares hasta tres y cuatro metros; eso no ha supuesto sino la desecación de por siglos de aquella primorosa vega de la que tan orgullosos estaban nuestros antepasados. Aquello es hoy lo más parecido a un desierto. El daño que se hizo a la ribera es incalculable.
Pero, ¿ digamos quién es y de dónde viene el Corneja? Pues es un río que presta su nombre al valle por el que discurre: El Valle del Corneja. Es un río corto, que no tiene una longitud más allá de los 40 kilómetros. Y son esos kilómetros los que le separan entre su nacimiento, en el Cerro Santo, por encima del pueblo de Villafranca de la Sierra ( a unos 2300 metros de altura), hasta que en el término de Navamorales, pasa a engrosar el caudal del río Tormes, en el lugar conocido en el pueblo como Juntalosríos.


También el Corneja recibe caudal de otros riachuelos y arroyos más pequeños: El arroyo de la Cruz del Valle, por la derecha; del arroyo del Puerto Chía en Navacepedilla por la izquierda, y también por este lado las del arroyo Guareña, cerca de Villafranca. Para los de Navamorales es conocido El Arroyo, ( río menor), con crecidas sólo en épocas muy lluviosas, que se había de atravesar cuando se viajaba a Piedrahita, antes de llegar al Villar de Corneja. Cuando se iba en burro, naturalmente.


A lo largo de su cauce hubo hasta una cuarentena de molinos; molinos que aprovechaban la caída del agua para hacer mover sus grandes piedras y triturar los cereales que los agricultores hacían llegar a ellos en costales que trasportaban en burros o en carros de vacas.


Se molían en ellos las algarrobas, ( “garrobas”), cebada, centeno, o trigo para más tarde hacer el pan. En el término de Navamorales hubo dos, ( a saber), uno de ellos reconstruido recientemente y el otro medio derruido aunque conserva el diseño inicial.


Dado que los habitantes de Navamorales tenían y siguen teniendo propiedades al otro lado del río, ( en Las Vegas), que pertenece al término de La Horcajada, los vados fueron siempre el lugar más propicio para pasar a la otra orilla, sobre todo en la época en que el río venía crecido. Recuerdo tres lugares con sus correspondientes nombres: el vado del Barco; el vado del Medio y el vado Bajero. Sólo al vado del Medio, parece que se haya asomado la civilización.
Y más significativo que estos tres lugares citados lo es el puente de la Ponseca: puente medieval, tal vez romano que debió ser el único lugar que unía los territorios que dominaba el Señor del castillo de El Barco, con el Señor del castillo de El Mirón. El otro vértice del triángulo estaba controlado por el castillo situado junto al puente romano de El Puente del Congosto, justo en el único paso obligado para cruzar el río Tormes.

Debió tener nuestro río alguna envidia de guadianizarse y así dejó sus huellas en el lugar conocido como El Ocino.

Es por todo lo dicho, y lo mucho que resta por decir, que el CORNEJA es nuestro río, sino el mayor, por lo menos tan entrañable como el Tormes.

DGH.