Desde la lejanía me he enterado de la muerte de un vecino de Palacios, ROMUALDO. Hombre bueno, amigo de todos, hombre servicial, dispuesto siempre a achar una mano a todo el que lo necesitara. Desde aquí, desde Cádiz, quiero transmitir mi pesar a todos sus familiares y amigos. Amigo ROMUALDO, te echaré mucho de menos durante los paseos por la carretera el próximo verano. Descansa en paz.
Desaparecido el ultimo vaquero, Rumo, quiero hacerles un homenaje a los ultimos vaqueros de Palacios, con este sencillo poema:
A los vaqueros Canor, Tinto y Rumo
A tocar la campana, uno partia,
las cinco de la tarde eran cumplidas,
y con las manos las porras asidas,
recibian las vacas; la jauria.
La vacada guiaban con maestria
por la dehesa, hasta quedar rendidas.
Las dejaban rumiando y dormidas
en silencio, que la noche traia.
Antes del alba, al tajo volvian,
y el ganado a pacer llevaban.
Sus voces lejanas ya se oian,
venian, cuando la mosca zumbaba.
Los cencerros, mucha bulla metian,
asi al pueblo, la alerta daban.
A los vaqueros Canor, Tinto y Rumo
A tocar la campana, uno partia,
las cinco de la tarde eran cumplidas,
y con las manos las porras asidas,
recibian las vacas; la jauria.
La vacada guiaban con maestria
por la dehesa, hasta quedar rendidas.
Las dejaban rumiando y dormidas
en silencio, que la noche traia.
Antes del alba, al tajo volvian,
y el ganado a pacer llevaban.
Sus voces lejanas ya se oian,
venian, cuando la mosca zumbaba.
Los cencerros, mucha bulla metian,
asi al pueblo, la alerta daban.