Moderna estación del ferrocarril de Peñaranda de Bracamonte haciendo honor con tal nombre "biensonante" y sonoro, construída tras la terrible explosión del polvorín que hizo volar la vieja sin dejar rastro allá por el año 1941, cuyos efectos fueron desoladores. No sólo arrasó completamente la vieja, sino también a varias decenas más de casas de vecinos. La línea de ferrocarril es la que une Ávila con Salamanca, y obviamente con Madrid. Este edificio de estampa moderna y elegante, con piedra de granito y ladrillo cara-vista, forma un bello conjunto, elegante y funcional. En las tierras de labrantío al oeste de la misma, durante varios años después se encontraban pedazos de metal procedentes de la explosión.