La N-630, denominada en el casco urbano como
calle de Filiberto Villalobos, en buena parte de su largo recorrido conserva la misma anchura y los mismos
edificios de siempre. No obstante, una parte no despreciable de esos inmuebles, en otra época dedicados al
comercio y vivienda, hoy aparecen deshabitados. El comercio se ha trasladado a nuevos locales en otras
calles y los habitantes, a medida que fallecieron, no fueron sustituidos por otros nuevos.