La Iglesia povedana de Nuestra Señora del Castillo.
Así, vestida de blanco impoluto, me gustaría verla todo el año. De entre las muchas cosas y costumbres, todas ellas devoradas por el tiempo, y no digamos las más entrañables como las de los amigos que se fueron y no volvieron, se encuentra también ésta de nuestra Iglesia cuando se despoja de su blanco armiño nupcial.
Así, vestida de blanco impoluto, me gustaría verla todo el año. De entre las muchas cosas y costumbres, todas ellas devoradas por el tiempo, y no digamos las más entrañables como las de los amigos que se fueron y no volvieron, se encuentra también ésta de nuestra Iglesia cuando se despoja de su blanco armiño nupcial.