Naturalmente nos la produce contemplar el lecho seco del que otrora fuera arroyo alegre de limpias aguas que entre los lugareños de mi tierra, para entendernos, alcanzaba la categoría de río con nombre propio tomado del que tiene el pueblo al que circunda. Y la verdad es que había motivo para ello por cuanto, en forma abundante y generosa, sirvió de abrevadero permanente en invierno y verano a los innumerables animales domésticos de los vecinos...