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POVEDA DE LAS CINTAS: ACLARACIÓN NECESARIA....

gracias soso (me parece este personaje más real que gardel) por defenderme de ese anónimo -pensé, en un pricipio, que era la dirección, ya que en todos los foros te piden el nick- aunque por lo que leo también deberás defenderme de ese personaje que sin motivo ni razón, según creo, me insulta abusando del dominio de la lengua y sabiendo de antemano que yo no podré contestarle en sus mismos términos. No he visto que a otros que podían contestarle le haya insultado de esa forma Es extraños tales cosas en persona tan culta, sin embargo sí puedo decirte, soso, que la inmensa mayoría de todos aquellos que, voluntariamente, juraron defender y acatar los principios del movimiento siguen en sus catorce, argumentando siempre con el insulto o quizá, y no me extrañaría, con la pistola. ¿Quién es él, como el anónimo, para decir quién debe estar o no en el foro de poveda? ¿Quién que a tantas puertas ha llamado puede llamar a nadie pordiosero? El ordeno y mando de primo de rivera que decimos en Poveda ya ha pasado a la historia y aquí, aunque endelecios, nos respetamos. De qué os vale tanto saber si sois vulgares en el trato a los demás.
lolita yo también

ACLARACIÓN NECESARIA.

Es evidente que en el mensaje firmado en la fecha de nueve de diciembre último, cuya autoría es conocida, se hace alusión en forma velada a mi persona con insinuaciones tendenciosas, cuando no insidiosas, tales como incluirme de forma irresponsable y gratuita en el grupo de los que "juraron defender y acatar los principios del movimiento", los cuales, -continúa en su relato- "siguen en sus catorce argumentando siempre con el insulto o quizá, y no me extrañaría, con la pistola".

Espero que dicho autor se retracte de lo que ha escrito o bien denuncie públicamnete dónde, cuándo, cómo o en qué forma le consta lo que afirma, y asimismo, la lista de las puertas a las que, según manifiesta, haber sido objeto de mis llamadas, y con qué motivos, porque, de otro modo, va a tener que hacerlo ante los Tribuanales ordinarios por calumnias. He dejado de propio intento que transcurriera un tiempo prudencial para evitar lo que debiera ser algo más que una contundente y cumplida réplica que el instinto, y no la razón, indebidamente te pedía a gritos en aquel momento. El hecho es aún más sangrante por cuanto ésta es la segunda vez en que, protagonizado por la misma persona, me obliga a tener que rebatir públicamente lo que nunca bubiera deseado por cuanto conlleva tener que sacar a la luz mi trayecoria personal e individual para defenderla de infundios propios de mezquinos cuya única afición parece ser la de desacreditar a los que, con trabajo y abnegación han salido del anonimato con la cabeza alta.