Hay mi siempre del alma, que observo quemi amada quiere compartir su corazón también contigo y no puedo permitir este
juego a tres bandas.
Lamentándolo mucho, ire a buscar nuevos
molinos o
gigantes, cogeré mi
caballo y me dedicaré a una nueva cruzada.
Efeino, tuyo es el guante que yo mismo despeché contra tí. No puedo hacer otra cosa.
Hasta que reuna fuerzas de nuevo y me encuentre en situación de batirme, deberé abandonar toda esta desdicha que me acontece.
A los
foreros, gracias por
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