Preguntaba, Manza, hace unos días por la construcción del antiguo Ayuntamiento; después de indagaciones varias y preguntando a quien sabe o puede saberlo, con respuestas y algún escrito puedo decir lo siguiente:
Se comenzó a últimos de 1923, pues en sesión de primeros de Noviembre se reunieron alcalde (Leovigildo Velázquez) concejales y labradores y allí se acordó que las obras se harían “por administración con los albañiles y jornaleros del pueblo, para con esto facilitarles durante el invierno algunos medios de vida para el mantenimiento de sus hogares”. Los labradores no sólo se comprometían al arrastre de los materiales sino también “intereses metálicos que necesite el Ayuntamiento hasta la terminación de referida obra, siendo satisfecho del producto de sus rastrojeras”. Vamos, lo mismo que ahora. Como se evitó fases, desglosados, ir a llorar al político de turno, etc., etc. Aquello se acabó en un plís plás y en Mayo ya se apalabró con el Sr. Ferreira el reloj que en 1925 se puso:“reloj de villa de construcción francesa marca Terraillon con campanario de hierro y campana de metal”. El precio convenido fue “tresmil cien pesetas pagaderas mil en este acto y el resto al año natural”. Otro día os contaré el porqué de la construcción.
Se comenzó a últimos de 1923, pues en sesión de primeros de Noviembre se reunieron alcalde (Leovigildo Velázquez) concejales y labradores y allí se acordó que las obras se harían “por administración con los albañiles y jornaleros del pueblo, para con esto facilitarles durante el invierno algunos medios de vida para el mantenimiento de sus hogares”. Los labradores no sólo se comprometían al arrastre de los materiales sino también “intereses metálicos que necesite el Ayuntamiento hasta la terminación de referida obra, siendo satisfecho del producto de sus rastrojeras”. Vamos, lo mismo que ahora. Como se evitó fases, desglosados, ir a llorar al político de turno, etc., etc. Aquello se acabó en un plís plás y en Mayo ya se apalabró con el Sr. Ferreira el reloj que en 1925 se puso:“reloj de villa de construcción francesa marca Terraillon con campanario de hierro y campana de metal”. El precio convenido fue “tresmil cien pesetas pagaderas mil en este acto y el resto al año natural”. Otro día os contaré el porqué de la construcción.