"APAGA Y VÁMONOS". (Desde "nuestro" Viejo Caño)
Lejos de ser una irreverencia respecto de la liturgia eclesiástica que presuntamente contiene la popular frase "apaga y vámonos", cuyo contenido, entre filosófico y humorístico, ha alcanzado popular vigencia en nuestro lenguaje habitual, me ha parecido oportuno traerla aquí por su posible homologación con esos "mensajitos" que a duras penas alcanzan una línea (yo también he utilizado alguno, por lo que no estoy libre de culpa).
Y digo "mensajitos" porque parece todo un abuso ocupar varios centímetros cuadrados de esta magnífica ventana facilitada por el Foro de los Pueblos" para simplemente ocuparla con algo así como decir "hasta luego, Lucas", o muy poco más. Los indios sioux, también eran así de breves: "Toro Sentado, arrancar cabelleras", poor ejemplo.
Ya sé que hay opiniones, con toda razón, para opinar lo contrario, tales como, "quien más habla, más yerra" (Eferino dixit); "lo breve, si bueno, dos veces bueno", y algunas otras. Más también puede ocurrir que en ocasiones hay que estrujar la imaginación para saber qué es lo que en definitiva se nos quiere decir con dos palabras mal hilvanadas, cuando con otras dos más no nos quedaría duda alguna del sentido de su texto.
De ahí que me haya venido a la imaginación la susodicha frase de "Apaga y Vámonos", sinónimo de la máxima brevedad, frase extendidísima cuya procedencia, ficticia por supuesto, dimana de aquella imaginada discusión entre dos clérigos que apostaron entre ellos cuál de los dos sería más habil en decir una misma en menos tiempo. El primero, "abreviando" la mitad de la liturgia con habilidad, debió decirle al competidor: "ahí queda eso, a ver si lo superas". El otro, al llegar al lugar de celebración, le dijo al monaguillo. "apaga velas y vámonos". Nohace falata decirquien ganó laapuesta. La sabiduría popular, con el tiempo, lo comprimió aún más dejándolo en el popular "Apaga y vámonos".
Saludos povedanos.
Lejos de ser una irreverencia respecto de la liturgia eclesiástica que presuntamente contiene la popular frase "apaga y vámonos", cuyo contenido, entre filosófico y humorístico, ha alcanzado popular vigencia en nuestro lenguaje habitual, me ha parecido oportuno traerla aquí por su posible homologación con esos "mensajitos" que a duras penas alcanzan una línea (yo también he utilizado alguno, por lo que no estoy libre de culpa).
Y digo "mensajitos" porque parece todo un abuso ocupar varios centímetros cuadrados de esta magnífica ventana facilitada por el Foro de los Pueblos" para simplemente ocuparla con algo así como decir "hasta luego, Lucas", o muy poco más. Los indios sioux, también eran así de breves: "Toro Sentado, arrancar cabelleras", poor ejemplo.
Ya sé que hay opiniones, con toda razón, para opinar lo contrario, tales como, "quien más habla, más yerra" (Eferino dixit); "lo breve, si bueno, dos veces bueno", y algunas otras. Más también puede ocurrir que en ocasiones hay que estrujar la imaginación para saber qué es lo que en definitiva se nos quiere decir con dos palabras mal hilvanadas, cuando con otras dos más no nos quedaría duda alguna del sentido de su texto.
De ahí que me haya venido a la imaginación la susodicha frase de "Apaga y Vámonos", sinónimo de la máxima brevedad, frase extendidísima cuya procedencia, ficticia por supuesto, dimana de aquella imaginada discusión entre dos clérigos que apostaron entre ellos cuál de los dos sería más habil en decir una misma en menos tiempo. El primero, "abreviando" la mitad de la liturgia con habilidad, debió decirle al competidor: "ahí queda eso, a ver si lo superas". El otro, al llegar al lugar de celebración, le dijo al monaguillo. "apaga velas y vámonos". Nohace falata decirquien ganó laapuesta. La sabiduría popular, con el tiempo, lo comprimió aún más dejándolo en el popular "Apaga y vámonos".
Saludos povedanos.
"MENSAJITO". Simplemente para aclarar que en el mensaje de ayer con el título "APAGA Y VÁMONOS", párrafo 4º, donde se dice "... una misma en menos tiempo", obviamente se quiso decir "... una misa (oficio religioso) en menos tiempo". Perdonar el error, que queda subsanado.