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POVEDA DE LAS CINTAS: EL TALLER DE ANASTASIO PINTO. La sensibilidad de "Yo...

EL TALLER DE ANASTASIO PINTO. La sensibilidad de "Yo no me llamo Gardel" me permite comentar una vez más su acierto al exponer esta foto de un lugar que gozó de brillante fama en la actividad de la carpintería local. Puede que para los que no lo conocieron, el triste aspecto actual de su fachada y la maltrecha puerta que da acceso al mismo no dan lugar a otra impresión que a la de que, aquello, era poco menos que un taller-chapuza. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. En ese taller se construyeron los mejores carros destinados a las tareas agrícolas de la comarca que se han conocido. Me puedo permitir asegurar, como anécdota, que el afortunado agricultor de un pueblo de la provincia de Zamora que tuvo el acierto de encargar la construcción a Anastasio Pinto de uno de ellos para servicio propio, era la admiración de los demás en dicho pueblo cuando lo tuvo en su poder. El magnífico aspecto del carro, la fortaleza de su armazón, la calidad de su madera, la de su terminación y la elegancia de su diseño además de la de las ruedas calzadas con aros de hierro de casi dos centímetros de espesor que el propio Sr. Anastasio, en labor artesanal de forja y valiéndose de un horno alimentado con fuego, lograba tornear a la perfección ajustándolos con la maestría de un artista, permitían tal admiración. Probablemente el taller de Anastasio Pinto por aquel entonces era la industria local más conocida y apreciada. ¿Recuerdan los que los conocieron cómo "cantaban" las ruedas de aquellos carros cuando, con las mulas que tiraban de él al galope en las noches de verano para acarrear el grano al término de cada jornada, constituían todo un espectáculo al repicar musicalmente sobre los cantos de la hoy denominada calle Real?. Tiempos de penuria, sí, pero también de añoranzas agradables que no volverán. Saludos.