Por el amor nacido de tu carne amante (Poemillas de amor a la hora de la cena)
Más de un mes que ya me tengo
ni una noche de dormir.
¡¿Cuánto tendré que sufrir?!
Porque al igual que la Santa,
sin remedio ni esperanza,
¡vivo sin vivir en mi!
Y si el sueño me rindiera...
sueño con su carne amante,
hasta notarme el semblante
colmado de dicha y gozo,
en mi cuerpo el alborozo
de un corazón delirante.
Cuál no fuera mi quebranto
al verme así sorprendido,
¿acaso perdí el sentido?
De notarme el corazón
sin que entienda la razón,
a la altura del ombligo.
En mi súplica a los cielos
pido solo en mi oración,
darme por obligación
cenar con él una noche,
y mi corazón rebose
de gozo y satisfacción.
Si pudiera yo en mi anhelo
saltar el corral de un brinco,
y una vez en el recinto
tomar el ave en mis manos,
darle una manta de palos
y birlar el gallo a Pinxo.
Y ahí no más vuelvo a decir:
estoy sufriendo un calvario,
vivo y como sin horario.
Pero me he comprometido,
a dios pongo por testigo
llevarme al horno a Macario.
No he perdido la esperanza
y aunque labre mi condena,
que mi alma vague en pena
de entrar un día en el huerto:
y al punto dése por muerto
el gallo para una cena.
Y después de haber cenado
a dormir como la gente,
pa contar al día siguiente
a cuanto paisano me hallo,
¡cómo estaba el puto gallo
de sabroso y de crujiente!
Y sabed! qué maravilla!
Si otro día en mi desvelo
pillo la Jacinta al vuelo,
con esta mi iniciativa
adiós la cooperativa,
y un caldito que me cuelo.
Más de un mes que ya me tengo
ni una noche de dormir.
¡¿Cuánto tendré que sufrir?!
Porque al igual que la Santa,
sin remedio ni esperanza,
¡vivo sin vivir en mi!
Y si el sueño me rindiera...
sueño con su carne amante,
hasta notarme el semblante
colmado de dicha y gozo,
en mi cuerpo el alborozo
de un corazón delirante.
Cuál no fuera mi quebranto
al verme así sorprendido,
¿acaso perdí el sentido?
De notarme el corazón
sin que entienda la razón,
a la altura del ombligo.
En mi súplica a los cielos
pido solo en mi oración,
darme por obligación
cenar con él una noche,
y mi corazón rebose
de gozo y satisfacción.
Si pudiera yo en mi anhelo
saltar el corral de un brinco,
y una vez en el recinto
tomar el ave en mis manos,
darle una manta de palos
y birlar el gallo a Pinxo.
Y ahí no más vuelvo a decir:
estoy sufriendo un calvario,
vivo y como sin horario.
Pero me he comprometido,
a dios pongo por testigo
llevarme al horno a Macario.
No he perdido la esperanza
y aunque labre mi condena,
que mi alma vague en pena
de entrar un día en el huerto:
y al punto dése por muerto
el gallo para una cena.
Y después de haber cenado
a dormir como la gente,
pa contar al día siguiente
a cuanto paisano me hallo,
¡cómo estaba el puto gallo
de sabroso y de crujiente!
Y sabed! qué maravilla!
Si otro día en mi desvelo
pillo la Jacinta al vuelo,
con esta mi iniciativa
adiós la cooperativa,
y un caldito que me cuelo.
campana sobre campana, y sobre campana dos, bonita poesía soso, pero no me gusta su interior, un ladrón nunca avisa cuándo viene, eso es que otra cosa quiere, si necesitas amistad y trabajo, apuntate aqui lo encontraras, limpio, bueno y claro. Tus sueños se convertirán en pesadilla, si intentas llevarte a macario ala parrilla. Un saludo amigo y escribe mas que se está agusto contigo. FELIZ NAVIDAD