Me dicen que si es muy feo,
que no lo debo querer;
yo no miro la fachada,
sino a su buen proceder.
Me llena de orgullo y de satisfacción...
¡No!, no voy a contaros aquí el último discurso de Navidad del Rey. Ni a poner en duda sus palabras cuando decía: "la Justicia es igual para todos". Pero... Majestad, ¿Quién son todos?
Incomprensible el malestar patrio por los sketch de los guiñoles franceses hasta el punto de boicotear la tortilla, y la mansa aceptación de las gracias de este otro, sin tener muy claro cual de los dos miente más.
Bienaventurados los que del pueblo se ríen, porque nunca se les acabará el cachondeo.
Es otra cosa, el motivo de mis alborozadas emociones.
Se ha comentado reiteradamente en este espacio de lo poco afortunado, en cuanto a estética se refiere, la presencia de cables y más cables atravesando en todas las direcciones la fachada del ya de por sí poco agraciado edificio del ayuntamiento povedano.
La novedad, de ahí mi satisfacción, es el esfuerzo realizado por el consistorio povedano al acometer mejoras estéticas en dicho edificio en estos tiempos difíciles de crisis y dilemas de envergadura existencial, (vease la Gaceta, otro que de la cueva sale, folleto guía de procesiones y matanzas tradicionales en la región, en sus ediciones 18/01/2012 y anteriores, referente a la dimisión de dos concejales en la localidad de Poveda de las Cintas, donde se da a entender que los povedanos han hecho de la mortificación personal su modo de vida; ya hay que tener humor).
Lo cierto es, que la pasada semana los trabajadores y trabajadoras municipales a pesar del frío reinante, hasta seis grados bajo cero, se afanaban en la construcción de un canal con tubos, por donde pasarán dios mediante el conjunto de cables que tanto afean el edificio.
Otra cosa será, el momento en que las diferentes compañías se pongan de acuerdo para meter los cables por los tubos y veamos definitivamente la fachada del consistorio libre de ornamentos.
No nos queda más que encontrarle alguna utilidad al tenderete de arriba. ¿Palomar?
que no lo debo querer;
yo no miro la fachada,
sino a su buen proceder.
Me llena de orgullo y de satisfacción...
¡No!, no voy a contaros aquí el último discurso de Navidad del Rey. Ni a poner en duda sus palabras cuando decía: "la Justicia es igual para todos". Pero... Majestad, ¿Quién son todos?
Incomprensible el malestar patrio por los sketch de los guiñoles franceses hasta el punto de boicotear la tortilla, y la mansa aceptación de las gracias de este otro, sin tener muy claro cual de los dos miente más.
Bienaventurados los que del pueblo se ríen, porque nunca se les acabará el cachondeo.
Es otra cosa, el motivo de mis alborozadas emociones.
Se ha comentado reiteradamente en este espacio de lo poco afortunado, en cuanto a estética se refiere, la presencia de cables y más cables atravesando en todas las direcciones la fachada del ya de por sí poco agraciado edificio del ayuntamiento povedano.
La novedad, de ahí mi satisfacción, es el esfuerzo realizado por el consistorio povedano al acometer mejoras estéticas en dicho edificio en estos tiempos difíciles de crisis y dilemas de envergadura existencial, (vease la Gaceta, otro que de la cueva sale, folleto guía de procesiones y matanzas tradicionales en la región, en sus ediciones 18/01/2012 y anteriores, referente a la dimisión de dos concejales en la localidad de Poveda de las Cintas, donde se da a entender que los povedanos han hecho de la mortificación personal su modo de vida; ya hay que tener humor).
Lo cierto es, que la pasada semana los trabajadores y trabajadoras municipales a pesar del frío reinante, hasta seis grados bajo cero, se afanaban en la construcción de un canal con tubos, por donde pasarán dios mediante el conjunto de cables que tanto afean el edificio.
Otra cosa será, el momento en que las diferentes compañías se pongan de acuerdo para meter los cables por los tubos y veamos definitivamente la fachada del consistorio libre de ornamentos.
No nos queda más que encontrarle alguna utilidad al tenderete de arriba. ¿Palomar?